España es un país de buenas películas malas. Es normal que aquí jamás hubiésemos escrito ‘El Padrino’, ni Coppola -de haberse apellidado Martínez- la hubiese filmado. Aquí a la mafia, el único que podría retratarla, sería Francisco Ibáñez. Génova 13, Rue del Percebe. Y en vez de a Tarantino, tenemos al PP. El PP es ese partido que mientras debería de estar capitalizando la pírrica ventaja que obtuvo en Castilla y León, se levanta una mañana con la gasolina disparada y la compra toda para prenderse fuego a lo bonzo. Casado y Ayuso jamás podrían haber sido Ingrid Bergman y Humphrey Bogart, porque el amor -en España- acaba como ayer en la Puerta del Sol, con detectives, sospechas, acusaciones con… Ver Más
Fuente ABC