Descarto cualquier posibilidad de repetición electoral». Con estas palabras dejaba ayer claro el candidato del PP y ganador de las elecciones del 13-F, Alfonso Fernández Mañueco, que no habrá vuelta a las urnas en Castilla y León, pese al fragmentado resultado, y dibujó un escenario en el que «en pocas semanas, lo más pronto posible» la Comunidad tendrá «un gobierno fuerte y sólido liderado por el PP» y que será para «cuatro años». Sus planes para llegar a ese ejecutivo estable siguen siendo conducir la Junta «en solitario», aunque las cuentas con los 31 procuradores obtenidos por los populares no estén aún claras, porque un «gobierno fuerte no necesariamente tiene que ser un gobierno en coalición». Por eso, Fernández Mañueco plantea poder llegar a un acuerdo parlamentario y a un «programa pactado» que deberá partir del proyecto popular y de sus mil medidas. A partir de ahí, otros podrán aportar «variaciones», pero «si son para mejorar la vida de los ciudadanos de la Comunidad». Y deberán hacerlo en la ronda de contactos que arrancará el PP el próximo lunes en las Cortes con el PSOE de Luis Tudanca, unos encuentros a los que el aspirante a la reelección como presidente de la Junta acudirá «dispuesto a escuchar». «Sin descartar a nadie»
«Mi postura ya la conocen y quiero que me digan cara a cara lo que quieren», subrayó, antes de animar al resto de sus contendientes políticos a desarrollar las conversaciones «con humildad» y sin descartar «a nadie». «Dentro de los amplios límites de la Constitución y el Estatuto, dialogaré con todos los partidos porque entiendo que todos están legitimados», resumió, y se analizarán las propuestas realizadas en unas conversaciones que estarán comandadas solo y exclusivamente por el PP de Castila y León. «Tengo las manos libres y la mente abierta para trabajar por esta tierra», aseguró Mañueco, quien se comprometió, además, a informar con «transparencia» sobre lo acontecido a la ciudadanía de Castilla y León. Es más, será él o su círculo más próximo el encargado de comunicar el desarrollo de las negociaciones de cara a un «gobierno estable» que siga «mejorando los servicios públicos, con apoyo a la familia y la natalidad, el acceso al transporte y con una bajada de impuestos necesaria para la recuperación económica». Así que «cualquier palabra» que no salga de su boca o de su entorno negociador será «ruido» que solo «contribuye a generar confusión». Y es que, ante el cruce de afirmaciones de unos y otros durante los últimos días, aseguró que «hay quien está interesado en enfrentarnos de antemano con determinadas fuerzas políticas de cara al diálogo». Una negociación sobre el que también se han pronunciado voces de su partido y ante lo que Mañueco ha querido defender su posición. «En este momento Castilla y León está por encima de todo y la responsabilidad del proceso de diálogo es del PP de Castilla y León», manifestó. Tampoco acepta lecciones del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuya oferta para que el PSOE se abstenga y facilite así la investidura de Mañueco pasa porque el PP rompa con Vox en todos los lugares en los que cuenta con su apoyo. «Sánchez no ha entendido nada de nada, no se entera de qué iban estas elecciones», afeó el líder popular al jefe del Ejecutivo central, porque «no se puede mezclar Castilla y León con otras comunidades o ayuntamientos». «Eso lo que plasma es que a él, que es el menos adecuado para hablar de pactos, no le importa nada Castilla y León», afirmó el candidato popular. Posición del PSCL «Voy a esperar a ver cuál es la voluntad del PSOE de Castilla y León», aseguró sobre la posición que le trasladen los socialistas autonómicos en la reunión del próximo lunes, y se mostró confiado en que sea «bien distinta que la mezcla de cuestiones que nada tienen que ver». Con quien no ha hablado hasta el momento es con el exvicepresidente de la Junta Francisco Igea, el único candidato electo de Cs tras las elecciones del pasado 13 de febrero, que ni le ha llamado ni le ha escrito tras las comicios, tampoco para felicitarle.
Fuente ABC