
El público lo ubica rápidamente como el productor de los mejores discos de Michael Jackson, pero los jazzeros saben la revolución que provocó el joven Quincy Jones, que siendo poco más que un teenager le hacía los arreglos a Dizzy Gilespie y a Lionel Hampton. Este prócer del jazz, el pop, el funk, el soul y la música de cine es apenas un mes más joven que Yoko Ono. Luego de 80 nominaciones al Grammy, parece que no hacían falta más homenajes y tal vez por eso sólo un sello se dispuso a celebrar su cumpleaños en la forma de esta oportuna reedicion del box set que atestigua el punto exacto del despegue de Quincy. Es su primer autentico primer proyecto propio fue su Big Band que debuto en 1959 con el disco “Birth of the Band”, que se enfrentó al público en una gira europea durante 1960. De ahí la importancia de estos 4 discos con casi todos los conciertos que fueron grabados durante ese tour donde Jones iba transformando los temas del álbum a medida que maduraba como director de esa orquesta que incluia virtuosos como Phil Woods, Sahib Shinab, Clark Terry y Quentin Jackson. Joyas como “Moaning”, las distintas variaciones sobre “Phantom Blues” más sus homenajes personales a Lester Young, Benny Goodman o, por qué no, a Claude Debussy, convierten a estas grabaciones en algo único que muestra el despertar de un verdadero genio.