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Las zonas más afectadas por las fuertes precipitaciones corresponden al Gran Mendoza.
En la localidad de Guaymallén el granizo destrozó acequias y techos e incluso se voló la cabeza del célebre cóndor que sabe mostrarse en ese departamento de la provincia, en el ingreso de los micros a la terminal.
Algo similar ocurrió con el Mendoza Plaza Shopping, cuyo techo colapsó y terminó inundado por doquier.
El Servicio Meteorológico (SMN) había informado que se acercaba un frente de tormenta y emitió una alerta amarilla, pero todas las previsiones quedaron cortas, ya que nadie pudo anticipar el nivel de destrucción que provocaron los vientos y el granizo.
“Existían alertas tanto del Servicio Meteorológico como de Defensa Civil, pero nadie esperaba algo así”, explicó el meteorólogo Fernando Jara a diario El Sol, y aclaró que las precipitaciones estaban pronosticadas, pero nunca hubo evidencia de una tormenta con la intensidad de la que sacudió al Gran Mendoza.
“Es una anomalía de la meteorología. Es algo que está fuera de la naturaleza de las lluvias a las que estamos acostumbrados en esta parte de la provincia”, puntualizó.
Y explicó: “Este tipo de tormentas están asociadas a formaciones descendentes. Es la combinación de lluvia, granizo y vientos fuertes de dirección variable”.
Fuente Ambito
