LA HABANA, Cuba. – Todo comenzó un 10 de marzo de 1952, cuando de la noche a la mañana Fulgencio Batista se nombró presidente por sus pantalones y el impetuoso abogado veinteañero Fidel Castro, sin pensarlo dos veces, presentó ante los tribunales un recurso para acusarlo de sedición y rebelión. Lo que viene después es historia conocida.
Han pasado más de 60 años de la Revolución Cubana y todavía muchos se preguntan cómo pudo Fidel llegar al poder.
Si algo conocía aquel joven sin experiencia política, hijo de un terrateniente español, era que Cuba se consideraba uno de los más prometedores países de América Latina y que si tenía una lastimosa deuda contraída era con el campesinado.
Es vital conocer los más importantes factores que influyeron para que Fidel y su hermano más pequeño alcanzaran el mando de los entonces seis millones de cubanos, luego de haber terminado una guerra de escaramuzas integradas por decenas de rebeldes y grupos de casquitos de Batista, una especie de militares sin escuela, jóvenes y admiradores de un líder de origen pobre.
Otro de los factores a analizar fue la prensa cubana de los años 50 ―y especialmente la revista Bohemia―, que día por día denunciaba los crímenes de la policía de Batista.
A pesar de que en 1960 la prensa comenzó a sufrir la ofensiva antidemocrática de los dos caudillos Castro, ya el mal estaba hecho: el país sin elecciones generales y socavadas todas las libertades fundamentales del mundo civilizado. Además, la dictadura quedó establecida a punta de pistola; y los medios de prensa fueron expropiados o clausurados.
¿A quién o a quiénes culpar? A los grandes articulistas de Bohemia, como Mañach, Ortiz, Grau, Chibás, Tamargo, Portel Vilá y tantos otros. ¿A aquellas personalidades de reconocido prestigio democrático que se marcharon del país, como Miró Cardona, Manuel Ray, Elena Mederos, López Fresquet y muchos otros? ¿O a aquellos que aceptaron la dictadura como algo ya inevitable, como Justo Carrillo, Armando Hart, Carlos Franqui, Faure Chomón y hasta Carlos Prío, quien declaró sus simpatías por la Revolución?
En 1959 se modificó la Constitución de 1940 y se impuso la pena de muerte. ¿Quiénes aceptaban la dictadura que ya venía sobre Cuba? Casi seguro que una buena parte de la población estaba observando el horizonte, tratando de entender lo que ocurría en la Isla y quién era en realidad Fidel Castro, aquel que entonces juraba y perjuraba que no era comunista.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org