PUERTO PADRE, Cuba. – Esta semana durmió plácidamente en La Habana Viacheslav Volodin, titular de la Duma Estatal de la Asamblea Federal de la Federación de Rusia, quien se entrevistó con el gobernante Miguel Díaz-Canel el pasado miércoles. Pocas horas después, en la madrugada de este jueves, Vladimir Putin lanzó lo que llamó una “operación militar especial” sobre Ucrania, ya con un balance inicial de 40 soldados ucranianos muertos y decenas de heridos.
Antes de la reunión Volodin-Canel, el viernes 18, el viceprimer ministro de Rusia, doctor Yuri Ivánovich Borísov, militar y político que fuera entre 2012 y 2018 viceministro de Defensa e Industria Espacial rusa, visitó La Habana, por lo que, debido a la crisis que vive el mundo y no solo Ucrania como resultado de la agresión ordenada por Putin, es preciso preguntar:
¿Qué hacían el doctor-mariscal Borísov y el jefe de la Duma Viacheslav Volodin reunidos en Cuba con los más encumbrados jefes del mismo régimen que en 1962 permitió hacer del suelo cubano una base nuclear soviética apuntando directamente a Estados Unidos? ¿Está el régimen cubano sirviendo de base militar encubierta rusa? ¿Se alineará el régimen castrocomunista de Díaz-Canel con Putin en una confrontación contra Estados Unidos y la OTAN?
Lo sabemos: Putin no es comunista ni Rusia tampoco, pero al invadir a Ucrania sin casus belli, entiéndase el antaño motivo para justificar la guerra e iniciar las hostilidades, Vladimir Putin nos recuerda la actuación de un capo mafioso que, sin ideología comunista y por intereses personales y nacionalistas, aplica de manera extemporánea a Ucrania y a sus socios latinoamericanos (Venezuela, Nicaragua y Cuba) la doctrina Brézhnev.
Según esta, cuando hay fuerzas que son hostiles al socialismo y tratan de cambiar el desarrollo de algún país socialista hacia el capitalismo, se convierten no solo en un problema del país concerniente, sino en un problema que atañe a todos los países comunistas.
Pero en este caso no se trata de fuerzas hostiles al socialismo, sino a Rusia, según lo entiende Putin, y no se refiere a cambiar el desarrollo de algún país socialista, sino de alineación, compréndase la de Ucrania hacia la OTAN, lo que la convierte no en un problema para los países comunistas que un día integraron el ya inexistente Pacto de Varsovia, sino para Putin.
Este gobernante entiende a Rusia como heredera de las fronteras de la extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) y pasa a cañonazos sobre la soberanía de Ucrania, como un día Brézhnev pasó sobre la soberanía de Checoslovaquia con las esteras de los tanques, haciendo pedazos el “socialismo con rostro humano”.
Esto, el “socialismo con rostro humano”, es un concepto que acuñó el mismo primer secretario de los comunistas checoslovacos Alexander Dubcek y que concebía libertad de prensa, libertad de expresión, libertad de circulación, libertades económicas y la posibilidad de un gobierno multipartidista, así como la limitación del poder de la policía política. Por su parte, la respuesta de los jerarcas de Moscú fue la guerra contra lo que se llamó “Primavera de Praga”, mediante el envío a Checoslovaquia en la noche del 20 de agosto de 1968 de más de 200 000 soldados y 2 300 tanques soviéticos y de los países del llamado Pacto de Varsovia.
En un discurso el 23 de agosto de 1968, Fidel Castro aprobó la invasión soviética a Checoslovaquia arguyendo que allí se marchaba hacia una “situación contrarrevolucionaria”. Luego diría: “Estábamos en contra de todas las reformas liberales económicas que estaban teniendo lugar allí”. Ahora, aunque en circunstancias diferentes, del mismo modo el régimen de Díaz-Canel aprueba la invasión de Putin y sus soldados a Ucrania.
El cinismo del régimen castrocomunista no tiene par. Aunque el artículo 16 de la Constitución de 2019 sostiene que “las relaciones económicas, diplomáticas y políticas con cualquier otro Estado no podrán ser negociadas jamás bajo agresión, amenaza o coerción”, ahora el régimen calla o distorsiona los hechos en apego a la invasión rusa a Ucrania. El beneplácito del castrocomunismo por las invasiones rusas, desde la de Checoslovaquia en 1968 hasta la que ahora mismo está ocurriendo en Ucrania, es propio del carácter oportunista y criminal de un régimen totalitario que ya lleva 63 años invadiendo las libertades de su propio pueblo.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org