
Ucrania dijo que más de 40 personas murieron hasta ahora en lo que calificó de “guerra a gran escala” iniciada por Rusia desde el este, norte y sur del país vecino. Medios informaron horas después de otra veintena de muertos.
La Guardia Fronteriza ucraniana dijo que fuerzas terrestres rusas habían ingresado en la región de Kiev, la capital.
En respuesta, la OTAN acordó reforzar sus fuerzas aéreas, terrestres y marítimas en el flanco este de la alianza militar liderada por Estados Unidos, cerca de las fronteras de Ucrania y Rusia.
La Guardia Fronteriza de Ucrania publicó imágenes de lo que dijo eran blindados rusos ingresando al país, y fuertes explosiones se oyeron en Kiev, en la oriental Jarkov y en las sureñas Odesa y Mariupol, informó la cadena CNN.
Las sirenas de aviso de bombardeos se activaron también en Leópolis (Lviv), donde Estados Unidos y otros países habían desplazado sus embajadas.
Tropas rusas tomaron el estratégico aeropuerto de la ciudad de Gostomel, ubicado cerca de Kiev, y poco después hicieron lo propio con la central nuclear de Chernóbil, informaron autoridades ucranianas.
En ambos ataques, los soldados de Rusia ingresaron desde Bielorrusia, que limita con Ucrania por el norte y cuya frontera se encuentra a solo tres horas de Kiev por la ruta, dijeron autoridades.
El Ejército ruso afirmó que destruyó 74 instalaciones terrestres militares ucranianas, incluidos 11 aeródromos, tres puestos de mando y 18 estaciones de radar para sistemas de misiles antiaéreos, informó el diario británico The Guardian.
Las fuerzas rusas dijeron además que los separatistas del este, de las regiones de Lugansk y Donetsk que Moscú reconoció el lunes pasado como Estados independientes, están avanzando y tomando el control de territorios.
Kiev anunció que más de 40 soldados y una decena de civiles ucranianos murieron, aunque se espera que la cifra suba a lo largo de la jornada.
También confirmó que ya hubo incursiones terrestres de las fuerzas rusas por el norte, desde Rusia y Bielorrusia, pero también por el sur en la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014.
Bielorrusia, aliada del Kremlin, aseguró no estar participando en la operación.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, anunció una ley marcial en todo el país, pero pidió a la población no entrar en pánico.
Esto no evitó que comiencen evacuaciones masivas en distintas ciudades y el pedido de la ONU para que los países vecinos “mantengan sus fronteras abiertas” para recibir el éxodo de personas que buscan “seguridad y protección”..
El mandatario ucraniano también urgió a la comunidad internacional a crear una “coalición anti-Putin” para forzar a Moscú a respetar la paz y decidió cortar las relaciones diplomáticas con Rusia, que se habían mantenido pese a la anexión de Crimea.
Putin, por su parte, señaló que “lo que está sucediendo es una medida forzada, no nos dejaron ninguna posibilidad de actuar de manera diferente”.
El mandatario afirmó a un grupo de empresarios que Rusia seguía siendo parte central de la economía mundial, luego de que varios países anunciaran sanciones contra Moscú.
Las autoridades ucranianas cerraron el espacio aéreo a la aviación civil por motivos de seguridad, mientras que Rusia cerró el transporte marítimo en el Rusia aseguró que los civiles de Ucrania “no tienen nada que temer”, pero en el metro de Kiev, decenas de personas buscaban refugio o la manera de salir de la ciudad por tren o por carretera.
En medio de la noche, el tráfico de la capital era el propio de las hora pico. Vehículos llenos de familias buscaban salir de la ciudad, hacia el oeste, lo más lejos posible de la frontera rusa, situada a 400 km.
Las reacciones al inicio de la invasión no se hicieron esperar. El presidente estadounidense, Joe Biden, que llamó a Zelenski para expresarle su “apoyo”, condenó “el ataque no provocado e injustificado por parte de las fuerzas militares rusas” y aseguró que “el mundo hará responsable a Rusia”.
“El presidente Putin ha elegido una guerra premeditada que traerá una pérdida catastrófica de vidas y sufrimiento humano”, remarcó Biden que participó virtualmente de la reunión de líderes del G7 que condenaron la invasión.
China, cercana a Rusia, indicó que estaba “siguiendo de cerca” la situación e instó a las partes a “la moderación”.
Fuente Ambito