MIAMI, Estados Unidos. – El preso político holguinero Yosvany Rosell García Caso desmintió que la mayoría de los manifestantes del 11J, procesados y condenados por el régimen cubano, estén arrepentidos de haber participado en las mayores protestas registradas en la Isla en más de 60 años.
García Caso, que fue condenado a 20 años de privación de libertad por el supuesto delito de “sedición”, envió un audio desde la cárcel a su esposa, este sábado.
“La causa que me motiva a hacer este audio es por los videos manipulados que la dictadura comunista Castro-Canel ha utilizado para intentar hacer creer que la mayoría de los manifestantes del 11 de julio se sientan arrepentidos”, dice en la grabación a la que tuvo acceso CubaNet.
“Primero, tenemos que entender que entre los manifestantes del 11 de julio hubo todo tipo de personas. Unos estamos dispuestos a todo por ver a Cuba libre y otros quieren ver a Cuba libre, pero no están dispuestos a todo”, explicó.
“Yo en lo más mínimo me arrepiento de nada. ¿Cómo voy a arrepentirme de querer ver a mi país libre de una dictadura comunista que nos tiene sumergidos por más de 60 años en extrema miseria y violando todos nuestros derechos humanos?”, se preguntó.
García Caso también asegura que el 11J “no solo marcó un antes y un después del inicio del fin del comunismo en Cuba” sino que “mostró el rostro de la dictadura”. Asimismo, sugirió que se sentía satisfecho de haber tenido “la oportunidad de hacer algo consistente” por Cuba.
A inicios de este año, el preso político holguinero mantuvo una huelga de hambre por nueve días para denunciar las injusticias de su caso.
En ese momento García Caso, de 32 años, tenía una petición fiscal de 30 años de privación de libertad solo por convocar a sus vecinos a salir a las calles a protestar por la falta de electricidad en la zona.
El joven, que es padre de tres hijos menores de edad y herrero de profesión, fue detenido cuatro días después de las protestas del 11J. Aunque inicialmente las autoridades del régimen lo acusaban del supuesto delito de “desorden público”, más adelante lo condenaron por presunta “sedición”.
Hasta la actualidad, su esposa ha denunciado las violaciones de sus derechos en el penal provincial de Holguín, incluidas golpizas, negación de asistencia médica y letrada, aislamiento en celdas de castigo y amenazas de muerte.
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Fuente Cubanet.org