En diversas oportunidades las excusas por la falta de tiempo en las primeras horas del día, conllevan a que se termine salteando el desayuno, que pretende compensarse con un snakeo de baja calidad nutricional. Una opción práctica, saludable y sencilla es llevar y/o ingerir de camino al colegio un yogur con frutas y cereales..
Los lácteos, por ejemplo, favorecen el crecimiento y el desarrollo. Por esa razón, médicos y nutricionistas recomiendan su consumo. Incluso, las Guías Alimentarias (GAPA) elaboradas por el Ministerio de Salud de la Nación consideran a los lácteos como un eslabón clave y recomiendan consumir diariamente leche, yogur o quesos, preferentemente descremados.
De esta amplia familia, se destacan los yogures de calidad especialmente los que suman probióticos a su composición. El yogur es un alimento milenario que en la actualidad consideramos como un alimento esencial y único, porque gracias a su proceso de fermentación natural, aporta microorganismos vivos que brindan numerosos beneficios a la salud. Los estudios científicos indican que el consumo regular de yogur mejora la calidad de la alimentación en niños, niñas y adultos, se asocia a un menor riesgo de enfermedad cardiovascular, a un mejor control de peso y previene más de 14 % el riesgo de desarrollo de diabetes tipo 2.
En forma complementaria, el yogur contribuye al adecuado funcionamiento del sistema inmune, a la salud digestiva, mejorando la absorción y tolerancia de la lactosa, además de fortalecer la salud muscular y ósea, atributos muy importantes para el desarrollo en la edad escolar. Los yogures de primera línea se distinguen, además, por poseer probióticos naturales que, al ser consideradas bacterias beneficiosas a la salud, contribuyen a enriquecer la microbiota intestinal. En la práctica, esto se traduce a un mejor aprovechamiento de los nutrientes, a estar protegidos frente la invasión de microorganismos extraños, y a la prevención de enfermedades relacionados con un desequilibrio de este ecosistema interior.
El yogur es, sin lugar a duda, un alimento saludable para toda la familia debido a que aporta una gran cantidad de nutrientes como proteínas de alto valor biológico, es muy rico en calcio, vitaminas A y D, y posee excelentes cualidades gastrointestinales, es decir, se digiere fácilmente. Si además cuenta con probióticos naturales, sus beneficios se potencian, pues al combinarse, se convierte en un alimento que brinda 10 mil millones de bacterias por porción y aporta numerosas propiedades para el organismo, proveyendo al bienestar general.
Una alimentación equilibrada en general y particularmente durante el inicio de las actividades diarias debe integrarse con todos los grupos de buenos alimentos en diversas proporciones y, también, con una ingesta adecuada de agua para una correcta hidratación. A nosotros los adultos nos toca la responsabilidad, y también la oportunidad, para que los niños, niñas y adolescentes incorporen hábitos culturales para una alimentación sana y nutritiva que los acompañe en la etapa más importante de su desarrollo y en su crecimiento.
(*) Lic. en Nutrición (M.N. 5551). Gerente de Asuntos de Salud & Category Relevance, EDP Danone Argentina.