Esfuerzos para sacar a miles de civiles de la sureña ciudad portuaria de Mariúpol y otra localidad cercana colapsaron el fin de semana en medio de continuos bombardeos. El agua, los alimentos, la electricidad y los medicamentos son cada vez más escasos allí y en otras ciudades bajo ataque, advirtieron la ONU y la Cruz Roja. No obstante, el Ministerio de Defensa ruso anunció ayer un nuevo intento, y propuso un alto el fuego limitado para permitir la salida de civiles de Mariúpol y de las norteñas Kiev, la capital, Jarpov y Sumy. Pero como la mitad de los corredores se dirigían a Rusia y Bielorrusia, Ucrania rechazó la iniciativa. Las fuerzas rusas reanudaron luego sus bombardeos, y los combates arreciaban en múltiples zonas.
Horas más tarde, las partes celebraron otra ronda de diálogo en la vecina Bielorrusia, y el asesor presidencial ucraniano Mykhailo Podoliak reportó luego algo de progreso en torno a la cuestión de las evacuaciones. “Hemos logrado algunos resultados positivos en la logística de los corredores humanitarios”, dijo en Twitter, sin dar detalles.
Corredores
El Ministerio de Defensa ruso anunció luego que esos corredores estarán operativos hoy durante un alto el fuego que prometió aplicar desde las 10 en Mariúpol, Kiev, Jarkov, Sumy y la también norteña Chernigov.
Las expectativas de un alto el fuego general eran muy bajas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto como condición que Ucrania acepte sus exigencias de desmilitarización y de un estatuto de país neutral que garantice que no ingresará a la OTAN y que, por ende, no quedará en la órbita militar ni de Estados Unidos -algo que Moscú ve como una amenaza-, ni de Rusia.
Tras una madrugada de violentos bombardeos, la intensidad de los combates se redujo ayer por la mañana, afirmó el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov, aunque llamó a no bajar la guardia. “Los ocupantes rusos intentan concentrar sus fuerzas para una nueva serie de ataques” contra Kiev, Jarkov, la norteña Chernigov y la sureña Mykolaiv, advirtió Reznikov en Facebook.
Los ucranianos, cuya resistencia ha ralentizado el avance ruso e impedido una victoria relámpago de Moscú, han estado reforzando ciudades en todo el país.
“La capital se prepara para defenderse”, dijo el alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, en Telegram. “¡Kiev resistirá!”, agregó.
El domingo, Zelenski advirtió que Rusia se preparaba para bombardear la sureña Odesa, un puerto estratégico en el mar Negro, el mayor del país.
En Irpin, una pequeña localidad en las afueras de Kiev parcialmente controlada por las fuerzas rusas, ayer se abrió un corredor humanitario oficioso para que miles de habitantes pudieran huir a través de un puente improvisado y por una carretera custodiada por soldados ucranianos y voluntarios.
Niños, ancianos y familias que dejaban atrás carritos de bebé y las maletas más pesadas se apresuraban a meterse en los atestados autocares y camionetas, con la esperanza de sobrevivir.
Horas después, un militar ucraniano que se identificó como Stas reportó combates callejeros y “cuerpo a cuerpo” en Irpin, que pronto podrían extenderse a la capital de Ucrania.
El Ministerio de Infraestructura de Ucrania cifró ayer en 10.000 millones de dólares los daños ocasionados por ataques rusos.
El Ministerio de Educación dijo que 211 escuelas fueron alcanzadas por bombardeos, y el de Salud que 34 hospitales quedaron fuera de servicio.
Fuente Ambito