
Lo que sucedió esta jornada fue que el presidente estadounidense Joe Biden anunció la prohibición de importaciones de petróleo ruso, mientras que el Reino Unido informó que las eliminará gradualmente hasta finales de año.
Los países de la Unión Europea, que reciben de Rusia aproximadamente el 40% de sus importaciones de gas y una cuarta parte de las de petróleo, optaron por fijar el objetivo de reducir en dos tercios sus importaciones de gas ruso.
“El impacto inmediato fue importante”, comentó en una nota de análisis Borjnar Tonhaugen. “Había sido integrado en cierta forma por el mercado”, matizó John Kilduff, de la firma de asesoría en inversiones Again Capital.
“Ni Estados Unidos ni Reino Unido importan cantidades significativas de crudo o productos refinados rusos”, cerró.
Por su parte, la Agencia estadounidense de Información sobre Energía (EIA), revisó sensiblemente al alza el martes sus estimaciones de producción en Estados Unidos para este año y el próximo, a 12,03 millones de barriles diarios en 2022 y 12,99 millones en 2023, en ambos casos por encima de sus niveles de 2019 que ya eran récord.
Aunque la producción crece en Estados Unidos, los productores temen aumentar fuertemente los volúmenes, ante la eventualidad de que el mercado sufra una reversión de tendencia.
Fuente Ambito