
Putin ordenó a su Gobierno y al Banco Central que pongan en marcha “en el plazo de una semana” el nuevo sistema, que debe ser “claro, transparente” e implicará “la adquisición de rublos en el mercado de divisas ruso”.
Consecuencias
El anuncio, destinado a incrementar la demanda de rublos y ponerle piso a la aguda caída que registró desde el inicio de la invasión a Ucrania el 24 de febrero, tuvo un efecto inmediato: la moneda rusa rebotó en lo inmediato un 6% para alcanzar una cotización de 99 por dólar. Antes del conflicto se negociaba a 80.
En tanto, el impacto sobre el mercado energético fue negativo. El precio europeo del gas holandés TTF -de referencia- a un mes saltó 19% y el crudo de Brent respondió con un alza del 5% hasta superar los 120 dólares por barril.
Alemania reaccionó con alarma. Su ministro de Economía, Robert Habeck, denunció en una conferencia de prensa en Berlín que esa exigencia “constituye una ruptura de contrato”. “Vamos a discutir con nuestros socios europeos para decidir cómo responder “, añadió.
En su mensaje, Putin sugirió que otras exportaciones rusas se verán afectadas por la misma disposición.
Causas
Los países occidentales han congelado unos 300.000 millones de dólares de reservas del Banco Central en el extranjero, un “robo” cercano al 50% del total, según dijo el miércoles el canciller Serguéi Lavrov.
“Está claro que entregar nuestras mercancías a la UE, a Estados Unidos, y recibir dólares, euros y otras monedas ya no tiene sentido para nosotros”, dijo Putin.
“Rusia continuará, por supuesto, suministrando gas natural de acuerdo con los volúmenes y precios fijados en los contratos celebrados anteriormente. Las modificaciones solo afectarán a la moneda de pago, que se cambiará a rublos rusos”, afirmó.
Según Gazprom, el 58% de sus ventas de gas natural a Europa y otros países se liquidaban hasta el 27 de enero en euros. El dólar estadounidense representaba cerca del 39% de las ventas brutas y la libra esterlina, alrededor del 3%.
Cumbres simultáneas
La decisión se conoció poco antes de que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, partiera a Europa para participar hoy en las cumbres de la OTAN, el G7 y la Unión Europea (UE) en Bruselas (ver nota aparte). En las mismas pretende reforzar la unidad de los países occidentales y aumentar las sanciones sin precedentes contra Rusia por su intento, al invadir Ucrania, de alterar el equilibrio de poder posterior a la Guerra Fría.
Cuando salía de la Casa Blanca, Biden dijo a los periodistas que la posibilidad de un ataque ruso con armas químicas en Ucrania es una “amenaza real”.
La posibilidad de un embargo energético contra Rusia está sobre la mesa debido a la presión de Estados Unidos y de países europeos como Polonia y Irlanda, algo a lo que Alemania se opuso en la reunión de cancilleres del martes. Si la dependencia general de Europa occidental respecto del gas y el petróleo rusos llega al 40 y el 20%, respectivamente, la alemana es del 60 y el 40%, por lo que sanciones en el campo energético provocarían un descalabro de oferta que perjudicaría masivamente a sus familias e industrias.
Impacto
De acuerdo con analistas, la decisión de Putin añade un nuevo y severo elemento de tensión al ya complicado mercado energético.
De acuerdo con el Financial Times, “la mayor parte de las operaciones con materias primas se realiza en dólares y, en menor medida, en euros, por lo que no resulta claro que Rusia pueda forzar a sus principales clientes a cambiar. Reemplazar las divisas occidentales por rublos puede resultar difícil, si no imposible”.
“Los intercambios en moneda rusa han sido severamente limitados tanto por las sanciones occidentales como por los propios controles de capital de Rusia, que buscan impedir la fuga de divisas del país”, añadió.
Timothy Ash, estratega de mercados emergentes de BlueBay Asset Management, le dijo al Financial Times que “esto solo harpa más difícil negociar la energía con Rusia y solo acelerará la tendencia hacia una diversificación de las fuentes de oferta fuera de ese país”.
Como un anticipo, poco antes del anuncio de Putin y del viaje de Biden, el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, dijo que si los países occidentales imponen un embargo a los hidrocarburos rusos el mercado se hundirá y los precios serán “imprevisibles”.
“Está absolutamente claro que sin los hidrocarburos rusos, si se imponen sanciones, los mercados del gas y del petróleo se hundirán. El aumento del precio de los recursos energéticos puede ser imprevisible”, dijo Novak, responsable de Energía, ante la Duma, la cámara baja del Parlamento.
También calificó de “sinsentido” la decisión de no poner en servicio el gasoducto Nord Stream 2, que ya está construido.
“Los precios de los productos petrolíferos, por ejemplo en Alemania, han aumentado hasta un 40%. El precio del gas ha llegado a veces hasta los 4.000 dólares por mil metros cúbicos. Y este no es el final”, advirtió.
Fuente Ambito

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