Fue a la una de la tarde cuando los Mossos d’Esquadra recibieron el aviso y localizaron el cadáver de una mujer en su domicilio de Vic (Barcelona). Su expareja acabó con su vida la noche anterior, el 19 de octubre de 2019. Primero la violó y luego la estranguló en la cama, aprovechando su estado de semiinconsciencia tras una noche de fiesta y el consumo de alcohol. Tres meses antes, la víctima había decidido dejar la relación con el padre de su hijo, que entonces tenía cuatro años. Ella le transmitió que ya no era feliz y que quería seguir su vida en solitario. El motivo, el control férreo que el hombre ejercía sobre ella, tanto a nivel personal como profesional. Un individuo «posesivo y celoso» que no la dejaba hacer nada sin su permiso. De hecho, en alguna ocasión, llegó a manifestar que «prefería verla muerta antes que separada de él». No le permitía trabajar y espiaba el contenido de su teléfono móvil. Finalmente, el hombre accedió a abandonar el domicilio familiar, pero se quedó con un juego de llaves para poder visitar a su hijo y llevarlo al colegio. Lo hizo a «regañadientes», ya que nunca aceptó la separación, y a los pocos días de marcharse, según indica la Fiscalía, inició una maniobra para tratar de recuperar a su expareja, en la que involucró a la familia de ésta. Así, pidió a la hermana de ella, a su marido, e incluso a la nueva inquilina de la que había sido su vivienda, que intercedieran por él para tratar de retomar la relación. Un colchón en Wallapop
En ese tiempo, llegó a oídos del hombre que ella había iniciado una relación con otro, con el que comenzó a hablar tras comprarle un colchón en la plataforma Wallapop. En realidad, no llegaron a conocerse, pero sí intercambiaron mensajes, en los que ambos charlaron sobre su situación sentimental, e incluso se enviaron algunas fotos. Este episodio llevó al individuo, de 29 años y nacionalidad ecuatoriana, a idear un plan para acabar con la vida de la madre de su hijo
, según sostiene el Ministerio público. Lo hizo a través de la hermana de ella, organizando una «salida de fiesta». Triste y abatido, convenció a su excuñada para verse todos una última vez. Si ella no quería retomar la relación, no volvería a molestarla. Al verlo en ese estado, se compadeció de él, y accedió. El pequeño se quedó en casa de su abuela materna, y el acusado, su expareja y las hermanas de ella salieron de fiesta. Primero a un local de cócteles y luego a la discoteca Oasis de Vic, hasta su cierre. Los cuatro emprendieron el camino de vuelta hasta el domicilio familiar, donde el hombre accedió junto a la víctima. Allí, tras el consumo de alcohol y el cansancio, ella se quedó dormida y él la violó. Después, leyó los mensajes de su teléfono móvil y, tras ello, la estranguló. Debido a su estado, la mujer no pudo oponer resistencia. La Fiscalía pide para él prisión permanente revisable por un delito de asesinato, así como siete años y medio de cárcel por el abuso sexual. También la retirada de la patria potestad del hijo que tienen en común; así como una orden de alejamiento y libertad vigilada durante una década cuando haya cumplido la pena impuesta. En concepto de responsabilidad civil, el Ministerio público le exige también el pago de 700.000 euros para los familiares de la víctima. El acusado, que está en prisión provisional desde el 23 de octubre de 2019, se sentará en el banquillo de la Audiencia de Barcelona esta semana.
Fuente ABC