La alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, la ex presidenta chilena Michelle Bachelet, admitió por primera vez la posibilidad de que Rusia esté comiendo crímenes de guerra por el uso de bombas racimo, entre otras ilegalidades.
“Hemos recibido acusaciones creíbles según las cuales las utilizaron en áreas pobladas al menos 24 veces”, detalló la otrora mandataria trasandina, que recordó que la Convención sobre Municiones en Racimo, en vigor desde 2010, prohibe la utilización, desarrollo, fabricación y adquisición de este armamento debido a su impacto indiscriminado entre los civiles, aunque potencias como la ahora apuntada, Estados Unidos o China aún no lo han ratificado.
Asimismo, se documentaron “ataques indiscriminados contra hospitales y centros sanitarios -77 en total-, escuelas y otras infraestructuras prohibidos por la ley humanitaria nacional y que podrían constituir crímenes de guerra”, añadió al exponer ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.
“Desde hace más de un mes toda la población ucraniana vive una verdadera pesadilla -subrayó-. Esos ataques indiscriminados están vedados por el derecho humanitario internacional y pueden ser considerados crímenes de guerra”.
Para Bachelet, “la masiva destrucción de infraestructuras civiles y el elevado número de víctimas civiles indican fuertemente que los principios fundamentales de distinción, proporcionalidad y precaución no son suficientemente respetados”.
MAS PRUEBAS
El ministerio de Defensa de Kiev reveló que soldados “invasores” violaron durante varios días en el sitiado puerto de Mariupol a una mujer frente a su hijo de 6 años.
“La mujer murió por las heridas y al pequeño se le encaneció el pelo por el shock”, relató un comunicado de esa cartera para luego sentenciar: “Esta no es una película de terror. Violación, violencia, homicidio: esto es lo que significa el `mundo ruso”’.
MINAS ANTIPERSONALES
El Ejército rojo plantó minas antipersonales prohibidas en la región oriental de Járkov, develó la organización Human Rights Watch, según la cual técnicos ucranianos las localizaron y lograron desactivar a principio de semana. Estas armas “no distinguen entre militares y ciudadanos de a pie”, enfatizó HRW
Las minas usadas en esta contienda son de una nueva generación, llamadas POM-3 y también conocidas como Medallón pues, al estar equipadas con un sensor sísmico para detectar a una persona que se aproxima y emitir una carga explosiva, la detonación posterior y los fragmentos de metal que proyecta pueden causar la muerte y lesiones en un radio de 16 metros.
Fuente Periodico Tribuna

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