
“Mi cuñado es el albañil que está trabajando en mi casa, y al final del día le dije que se quedara a comer”, contó Carlos, el dueño de la casa donde ocurrió el robo.
Y completó: “La alarma que se escucha sonar es de la cámara de seguridad que tiene sensor de movimientos. En ese momento no le di bolilla. Lo que nunca me imaginé fue que me estaban robando un pedazo de carne. En la parrilla también había chorizos, y tapa de asado, pero eso no se lo llevó. En total, la compra de la carne me salió $5000″.
De acuerdo al testimonio del hombre, en total eran cinco los comensales que aguardaban por la comida mientras se producía el robo.
Fuente Ambito