Existen oficios que se mantienen durante siglos dando servicio a los ciudadanos, aunque para ello los profesionales que los conforman deban poner en riesgo su vida. Inundaciones, accidentes de tráfico, rescates, incidencias en la vía pública… E incendios. Durante 445 años, los ‘matafuegos de la Villa’ y los ‘mozos mangueros’ han recorrido –y recorren– las calles de la ciudad tras cada llamada de alerta. Su trabajo se homenajea con la reapertura del Museo de Bomberos de Madrid, que enciende sus luces el viernes tras ocho años cerrado, un recorrido por la historia de este Cuerpo municipal de Emergencias desde que se firmó, en 1577, el primer Acuerdo sobre Fuegos del Consejo de la Villa. El museo –fundado hace 40 años y cerrado para acometer una renovación integral desde 2014– se sitúa en el Parque 8 del Cuerpo (calle Boada, 4, Puente de Vallecas) y muestra cronológicamente las diferentes etapas del servicio de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid desde que un grupo de 24 carpinteros acudían a apagar las llamas avisados por las campanadas de las iglesias, en sus orígenes, hasta la actualidad, pasando por la constitución en 1894. La muestra, distribuida en siete áreas, comienza con la relación del hombre y el fuego, y abarca vehículos, como antiguas bombas de brazal del siglo XIX que eran remolcadas por tracción animal, escalas de madera, grúas y coches de emergencia e intervención, como los de primera salida y los tanques de agua; equipamientos y herramientas como mangueras, uniformes, cascos, linternas o extintores, con un primer modelo práctico que data de 1816. Uno de los coches de salida expuestos en el museo, de 1912A través de las piezas, los visitantes pueden conocer cómo se ha desarrollado la profesión y cómo se han perfeccionado las herramientas, equipos y procedimientos de actuación. Una parte destacada es para los sistemas de comunicación que alertan a la población de la existencia de un fuego. Al principio eran las campanas de las parroquias las que daban la alarma y luego se hizo mediante toques de cornetas, hasta la llegada de los teléfonos y emisoras. Hay otra sala dedicada a la importancia que la gimnástica ha tenido para estos profesionales, en la que se recrea el espacio de entrenamiento que existe en cualquier parque de Madrid. Asimismo, se incorporan recursos interactivos y recreaciones virtuales centrados en las causas y consecuencias del fuego, así como la prevención. A través de paneles verticales, los visitantes pueden conocer la evolución del Cuerpo de Bomberos –ligada a la historia de la ciudad de Madrid– mediante ilustraciones, gráficos, mapas explicativos y fotografías. Recuerdo de siniestros
El museo cuenta con un espacio dedicado al recuerdo de los grandes siniestros –incendios, accidentes aéreos, ferroviarios o atentados– y a los profesionales que fallecieron en acto de servicio, así como testimonios de bomberos que relatan anécdotas en el ejercicio de su profesión. «Es un espacio que nos permite conocer la evolución del Cuerpo de Bomberos del Ayuntamiento de Madrid, sin duda, uno de los servicios más reconocidos y queridos por los madrileños, así como lo que significa la profesión», dice la delegada de Seguridad y Emergencias, Inmaculada Sanz, sobre la reapertura. Cascos y máscaras antigas expuestos en el museo, junto a los vehículosLa reforma ha supuesto una inversión de más de 2,8 millones de euros. Contará con exposiciones itinerantes, zona de investigación y talleres. Desde el viernes, habrá visitas guiadas de una hora para grupos de 25 personas y reserva previa a través de la página web del museo, y actividades adaptadas por grupos de edad: charlas de prevención, ‘fuego en cocina’ y hasta una dramatización en la que se exhibe la rutina de un bombero desde que suena la sirena hasta que el camión sale del parque móvil. Un viaje sobre la lucha eterna entre el hombre y el fuego para salvar vidas en las calles y edificios de Madrid.
Fuente ABC