
Lanzamiento
“En 1999 tuvimos la idea de hacer un sello que hiciera conocer música difícil de difundir”. Tenenbaum y su socia, Mami Monner Sans, compartían una librería-disqueria famosa en la calle Corrientes, y de ahí partió LALD. “Todos sabemos que sellos como Blue Note o ECM marcaron y siguen marcando un estilo propio. A nosotros jamas nos interesó ser un sello dedicado a un género determinado, es decir un sello de tango, o de jazz, etc. Lo que buscamos fue un concepto que dependiera de nuestra curación y no del género que tocaran nuestros artistas. Y lo cierto es que en esta era de las plataformas por sobre el formato físico, seguir manteniendo la personalidad y el espíritu de un sello es un desafío. Los primeros 15 años casi todo era CD, más algún pequeño porcentaje de vinilos, muy pocos porque en ese momento no tenia sentido por los tremendos costos de un LP”.
Con discos de Axel Krygier, el Duo Lerner-Moguilevski, Fernando Samalea, Liliana Felipe, Celsa Mel Gowland, A-Tirador Laser, Gerardo Gandini, La Orquesta Escuela de Tango, y todo el abanico de la familia Fattoruso, incluyendo a Hugo y Rey Tambor, el Trio Oriental o Francisco Fattoruso -the next generation- y su “House of Groove”, LALD logró hacerse un espacio en el mercado discografico alternativo, nicho que siempre enriqueció nuestra escena musical.
“Dado que la idea nunca fue grabar hits para volvernos ricos, el sello se sostenía razonablemente”, cuenta Tenenbaum, que desde joven se desempeñó en varios rubros de la industria, tanto ya sea managers de artistas o sellos discográficos. Justo para la crisis de 2001 apostaron por Kevin Johansen, y entonces pasó una de esas cosas imprevisibles. De golpe las cadenas de disquerías que le encargaban 5 ó 10 discos de Johansen pedían 100 ejemplares de aquel “Sur o no Sur”: es que cada capítulo de la tira de Telefé “Resistiré”, con Pablo Echarri y Celeste Cid, culminaba con la pareja estelar besándose con el fondo musical del tema “Down With My Baby” de ese álbum. Esos primeros tres discos de Johansen se convirtieron en el primero de varios casos en los que alguna multinacional le compró los derechos de títulos con potencial masivo.
A mediados de la década pasada el sello optó por abandonar el formato físico para concentrarse en las plataformas digitales. “Hay un momento que no queda otra que adaptarse, aun cuando tu estrategia siempre fue la de ser un eterno inadaptado a las reglas de la industria” explica Tenenbaum. “El mercado ahora consiste en contratar una distribuidora internacional de plataformas digitales, por ejemplo The Orchard Enterprises, que se ocupa de incluir (y luego contabilizar las regalías) nuestros discos en esas aplicaciones y plataformas que todos conocen. En lo contractual y comercial es razonable y prolijo, lo que no significa que se sepa con certeza cómo se miden los clicks y reproducciones Para muchos eso es un gran problema, pero para nosotros es un asunto menor; lo que nos mantiene ocupados es dar con la manera para que el publico no pierda de vista el espíritu y la marca del sello en medio de esta nueva modalidad que provoca que el nombre de una plataforma con grandes catálogos pero sin conceptos ni estilo. En nuestra disquería era común que los clientes preguntaran qué era lo nuevo de ECM, Blue Note o Verve sin enfocarse tanto en los artistas, ya que cada sello garantizaba algo importante. Eso corre el riego de perderse”
Mientras firmas como Blue Note acaban de lanzar su nueva division “Blue Note Re Imagined” ya desde hace dos años, la idea de LALD parece concentrarse en profundizar su espíritu “inadaptado”. Inclusive durante la cuarentena pandémica, por ejemplo dándole la oportunidad al artista plástico Diego Chemes para que demuestre que también puede aplicar su singular estética a sonidos coloridos. Y ahora mantiene la producción de álbumes de artistas como “Los Nuñez”, cuya nueva visión del chamamé vienen apoyando desde el premiado “3 Fronteras”. Mientras tanto, el lanzamiento de “Vivo en Boris 2011” ya ha generado un homenaje a Osvaldo Fattoruso, con un show de los mismos Lew, Mazza y Nole mas el aporte del baterista uruguayo Fabian “Sapo” Miodownik, este 22 de abril en el Bebop Club. Pero para este sello la idea de grabar este nuevo show ni se le cruza por la cabeza, por obvios motivos conceptuales; “seria muy fácil!”, concluye Tenenbaum.