
La participación de los involucrados surge no solo de un video explícito, sino también de las pruebas existentes en el sumario administrativo y de testigos que describen su activa participación y rol preponderante en los lamentables incidentes.
Cabe destacar que uno de los imputados es delegado gremial y el otro involucrado fue designado delegado gremial en una fecha posterior a la de los hechos del sumario. Sin embargo, el ejercicio de los derechos gremiales no puede ser interpretado de tal forma que sean una carta en blanco para hostigar y denostar a las autoridades como a otros pares.
La ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Soledad Acuña, fue contundente: “Todo tiene un límite y cada acto tiene su consecuencia. Yo no voy a permitir que personas que se identifican como docentes griten de la manera en la que lo hicieron frente a sus estudiantes“.
Y continuó: “Por eso, cuando pasó ese incidente, en septiembre del año pasado, tomé la decisión inmediata de abrirles un sumario a los que, sin justificación y frente a sus propios alumnos, increparon con lenguaje inapropiado a los trabajadores del Ministerio de Educación. Voy a repetirlo todas las veces que sea necesario: con los chicos no”.
El accionar de los docentes involucrados viola los deberes prescritos en el Estatuto del Docente que establece en su artículo 6.º incisos c) “observar una conducta acorde con los principios de la moral y las buenas costumbres y con las normas de la ética en el comportamiento social y d) desempeñar digna, eficaz y lealmente las funciones inherentes a su cargo”.
Fuente Ambito