La obra reúne el “texto completo transcripto del juicio realizado contra Oscar Wilde” señala la editorial y considera que el libro “resulta revelador todavía hoy, con la cultura de la cancelación a la orden del día”.
El juicio se realizó en pleno apogeo de su carrera como autor y del exitoso estreno de su obra de teatro “La importancia de llamarse Ernesto”, en la que utiliza el doble sentido del vocabulario en inglés para burlarse de la sociedad .
Wilde, nacido en 1854, se había iniciado como autor de poesía, de gran difusión entre la sociedad de su época, así como de “comedias triviales para gente seria”, como “El abanico de Lady Windermere”. Años después contrajo matrimonio en Londres con Constance Lloyd, con quien tuvo dos hijos, tiempo en el que también viajó a París, escribió ensayos y su única novela “El retrato de Dorian Gray”.
En medio de ese ascendente camino, Wilde fue sometido a un juicio que le inició John Sholto Douglas, noveno marqués de Queensberry, padre de lord Alfred Douglas, al sospechar que ambos tenían un romance.
En ese juicio, Wilde fue acusado “de sodomía y de grave indecencia”, y fue condenado a dos años de trabajos forzados en una cárcel inglesa, una pena que tuvo mucha repercusión y recrudeció la intolerancia sexual no solo en Gran Bretaña, sino también en Europa, a tal punto que muchos artistas homosexuales sufrieron represalias y algunos debieron exiliarse de sus países de origen.
Mientras estuvo en prisión, Wilde escribió una extensa carta dirigida a lord Alfred Douglas que lleva por título De profundis (1897) y el poema “La balada de la cárcel de Reading”. En su carta, Wilde acusó a Douglas por haberlo distraído de su arte, durante sus años de encierro.
Desengañado con la sociedad inglesa y arruinado material y espiritualmente, una vez que cumplió su condena, en mayo de 1897, retomó la amistad con el joven Douglas y la mujer de Wilde se negó a volver a encontrarse con el escritor, le prohibió ver a sus hijos, aunque le siguió enviando dinero y nunca se divorciaron.
Wilde y Douglas vivieron juntos unos meses al final de 1897, cerca de Nápoles, hasta que la amenaza de sus respectivas familias de no continuar enviándole fondos terminó por separarlos.
Wilde pasó el resto de su vida en París, donde vivió bajo el nombre falso de Sebastián Melmoth, y murió, a los 46 años.