
El tribunal dio la razón a la Agencia Tributaria frente al recurso judicial de Sabina, que ya había reclamado ante el Tribunal Económico-Administrativo Central.
Sabina era socio o administrador de tres empresas: Ultramarinos Finos, Relatores y El Pan de Mis Niñas, con las que gestionaba sus derechos de autor, inmuebles en Madrid y Cádiz, un velero y libros antiguos, según consta en el inventario recogido en la sentencia.
Durante los tres años que abarca la inspección tributaria, las tres compañías generaron más de 12 millones de euros en ingresos de explotación.
En su defensa, Sabina alegó que no tenía relación con estas sociedades. Sabina puede recurrir la sentencia de la Audiencia Nacional ante el Tribunal Supremo.