La tasa global de fecundidad
La tasa global de fecundidad (TGF) es un promedio de la cantidad de niños vivos que nacen por cada mujer. Para que una población pueda crecer, o al menos mantenerse estable, es necesario, como mínimo, una TGF de 2,1, es decir, que el promedio de nacimientos sea de 2,1 hijos por mujer. Esa cifra se conoce como la “fecundidad de reemplazo” y se considera que, como las mujeres son casi la mitad de la población, si cada una tiene dos hijos, la población no disminuirá.
Allí viene el problema. Según muestran las estadísticas de la Organización de Naciones Unidas, en 1950 las mujeres a nivel mundial tenían en promedio 5 hijos. Eso llevó a que la población del planeta se triplicara en menos de un siglo, y que seamos unos 8 mil millones. Pero factores como la creación de métodos anticonceptivos y el desarrollo profesional de las mujeres en muchos países, llevaron a que la TGF cayera a menos de la mitad, y en 2022 las mujeres del mundo tienen, en promedio, 2,4 hijos. En muchos lugares, la cifra es aún más baja.
Según un informe de BBC Mundo, “hoy, más de la mitad de la población mundial vive en países donde la fecundidad está por debajo del nivel de reemplazo de 2,1 hijos por mujer, y una gran proporción de esta población vive en países con niveles de fecundidad muy bajos y en descenso”.
Por eso se estima que, en cuestión de décadas, la población mundial llegará a su pico, y luego comenzará a caer. La ONU estima que el mundo llegará al borde de los 11 mil millones de habitantes para 2100, antes de empezar a reducirse. Incluso se advierte que para finales de este siglo 183 de los 195 países del mundo tendrán una tasa de fertilidad por debajo de los niveles requeridos para reemplazar a su población.
Esto plantea un problema: con cada vez menos jóvenes y una población crecientemente avejentada, ¿cómo harán los países para mantener su economía activa? E incluso: ¿cómo sobrevivirá la raza humana si cada vez hay menos personas jóvenes con capacidad de procrear?
Africa es la respuesta
El África subsahariana, como se conoce a la inmensa región del centro y sur del continente, agrupa a 54 países y, a contramano del resto del mundo, tiene una población que crece exponencialmente. Las proyecciones indican que se duplicaría para 2050, alcanzando los 2.500 millones. En la práctica, significa que en menos de treinta años, un cuarto de la humanidad podría ser africana. El crecimiento poblacional de África es dos veces más veloz que el de Asia del sur y tres veces más que América Latina. En el África subsahariana la TGF es de 4,70 hijos por mujer, casi el doble de la tasa mundial.
En la mayoría de los países africanos al menos el 70% de los ciudadanos tiene menos de 30 años. Esto contrasta fuertemente con la situación del resto del mundo, donde la población se avejenta a paso veloz. La explosión demográfica de África llevó a la ONU a concluir que este continente “desempeñará un papel central en la conformación del tamaño de la población mundial”. En efecto, se estaría creando la mayor brecha demográfica de la historia.
Por un lado están los países que lideraron el orden mundial durante el último siglo, y hoy se están convirtiendo en las sociedades más envejecidas de la historia. Por el otro, están las naciones más pobres y menos poderosas del planeta, donde la mayor parte de la población es joven. Se indica que esta división será un factor clave que impulsará las relaciones políticas, económicas y sociales durante las próximas dos décadas.
Fuente Ambito