Errores que no se deben cometer con la calefacción en el hogar
- Tener todo cerrado
Por seguridad, siempre debe dejarse una pequeña abertura en las ventanas que garantice un mínimo recambio de aire en los ambientes, aunque eso le reste algo de eficiencia a la calefacción. Es importante que haya circulación libre de aire desde el exterior.
- Falta de rejillas
Aunque es obligatorio, muchas viviendas aún no tienen rejillas de ventilación permanentes (que no se puedan cerrar) en los ambientes en los que hay artefactos de cámara abierta. Hay que revisar cada tanto que nada las esté tapando.
- Aparatos inadecuados y mal ubicados.
No instalar calefones, estufas infrarrojas, catalíticas o de llama abierta en baños, dormitorios o ambientes cerrados. En lugares así sólo debería haber artefactos de tiro balanceado. El calefón no debe estar en el baño, ni en espacios cerrados o mal ventilados.
- Usar como estufas aparatos que no lo son.
Utilizar el horno o las hornallas para calefaccionar es otro hábito extendido muy peligroso.
- Usar aparatos con llama amarilla.
De los quemadores sólo deben brotar llamas de color azul y de geometría uniforme. Si fuese amarilla, significa que está produciendo monóxido de carbono. También hay que alarmarse si es roja o anaranjada. En esos casos, la indicación es apagar rápido el artefacto y hacerlo revisar por un técnico.
- Omitir la revisión anual.
Se recomienda que todos los artefactos a gas del hogar sean inspeccionados por un profesional habilitado una vez al año, idealmente antes del invierno. Eso es clave para asegurarse que los quemadores funcionen bien y de que no haya obstrucciones, fisuras o roturas en los conductos encargados de evacuar los gases tóxicos.
- Contratar gasistas no matriculados.
Pueden cobrar más barato, pero no está certificado que tengan los conocimientos necesarios para dejar los equipos del hogar funcionando de modo seguro. Por eso, siempre se aconseja llamar a un matriculado para cualquier instalación, reparación o inspección.
Síntomas de intoxicación con monóxido de carbono
Cuando una persona se está empezando a intoxicar con monóxido de carbono pueden aparecer síntomas tales como debilidad, cansancio, somnolencia y confusión. También dolor de cabeza, náuseas y vómitos. Incluso dolor de pecho y aceleración del pulso.
Fuente Ambito