Por el Dr. Adalberto C. Agozino
Un película blasfema fuerza la intervención del Consejo Superior de Ulemas del Reino de Marruecos para evitar la falsificación de la historia del Islam.
La libertad de expresión y de pensamiento son valores esenciales de toda democracia. Deben ser protegidos a toda costa, pero también implica que quienes ejercen estos derechos lo hagan con la prudencia y el decoro necesarios evitando tergiversaciones y falsificaciones interesadas.
Especialmente, cuando el ejercicio de la libertad de expresión pueda afectar a otros derechos, en este caso a la libertad religiosa de otras personas.
No se puede invocar el derecho de expresión para obrar con libertinaje o blasfemar ofendiendo las creencias de otras personas con fines religiosos o políticos.
Cuando esto ocurre el Estado y las autoridades religiosas tienen la obligación de actuar para proteger la libertad de culto y evitar la violencia religiosa.
Así lo ha entendido en Consejo Superior de Ulemas del Reino de Marruecos, que bajo la presidencia de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Amir Al Muminin, ha condenado el contenido de la película “Saydiat Al Yannah” (La Dama del Paraíso), por constituir una flagrante falsificación de los hechos establecidos de la historia del Islam.
El Consejo Superior de Ulemas tomó esta decisión después de considerar los siguientes elementos:
1.- El autor del guion es el clérigo musulmán chiita Yasser al-Habib, que perdió su nacionalidad kuwaití por sus ideas extremistas.
2.- Porque la película realiza una encarnación del Profeta Muhammad. Un hecho absolutamente inaceptable para los musulmanes.
3.- La película hace una tergiversación y uso inapropiado de la figura de Fátima Zahra, hija del Profeta.
4.- El argumento levanta calumnias contra el primer califa Abu Bark As-siddiq.
La justificada intervención del Consejo Superior de Ulemas esta destinada a proteger la historia del Islam pero también a evitar ofender a todos los musulmanes sunníes y chiitas, cuidando de que no surjan motivos para acciones violentas por parte de nadie.
Especialmente, para impedir que el hecho sea aprovechado por elementos yihadistas como excusa para llevar a cabo actos terroristas. En este sentido, no podemos olvidar los horrendos sucesos del atentado terrorista llevado a cabo por Al Qaeda en Yemen contra al semanario satírico francés Charlie Hebdo, en París, el 7 de enero de 2015.
La inacción de las autoridades francesas, invocando el derecho a la libertad de expresión, ofendió justamente a los musulmanes en todo el mundo y creó la ventana de oportunidad que aprovecharon los terroristas. Finalmente, el hecho terminó con la muerte de veinte personas.
Ni el Consejo Superior de Ulemas, ni mucho menos el Rey Mohammed VI están dispuestos a dejar en manos de eventuales terroristas una respuesta a la blasfemia que representa esta película. De allí la decisión recientemente adoptada.