Por Guillermo Tiscornia* Especial Total News Agency-TNA-
Renuncia consciente a la averiguación de la verdad.
En tiempo récord, Rafecas archivó la causa del gasoducto Néstor Kirchner: “La Justicia no está llamada a entorpecer”, aseguró.
El juez Daniel Rafecas archivó la causa por las denuncias de direccionamiento del gasoducto. ¿Qué argumentos usó el magistrado?. El Juez Federal Daniel Rafecas dictó el archivo de la causa relacionada con la construcción del Gasoducto Nestor Kirchner, informaron fuentes judiciales.
Tras hacerse de toda la documentación, tomar declaraciones y escuchar a expertos tanto en extracción como en transporte de gas, el Magistrado concluyó que no existen pruebas para proseguir con la investigación y que el proceso licitatorio se viene realizando “conforme a las normas”. A la hora de archivar la causa, Rafecas tuvo en cuenta “la urgencia en la puesta en funcionamiento” de dicha obra (lo cual delata a acerca de una renuncia consciente a la averiguación de la verdad de parte del magistrado instructor).
El juez aseguró en su fallo que “todos los señalamientos han sido descartados por no ser ciertos”. “La Justicia Federal no está llamada a entorpecer o interferir en políticas estratégicas, a partir de denuncias apresuradas que, a poco de andar, se muestran inconducentes para sostener un caso penal”, argumentó el magistrado en su escrito.
El juez realizó en tiempo récord todas las audiencias para determinar si existió o no un direccionamiento de la licitación hacia la empresa Techint (toda una obviedad el resto de las investigaciones judiciales en trámite por ante ese mismo Juzgado Federal no exhiben tamaña envidiable celeridad)
Antes de que se cumpliera una semana desde que el presidente Alberto Fernández le pidiera la renuncia a Matías Kulfas, el ex ministro de Desarrollo Productivo debió presentarse en los Tribunales de Comodoro Py para explicar por qué había dicho lo que dijo acerca de los pormenores para la construcción del gasoducto. En su testimonial negó tener conocimiento de algún acto de corrupción y justificó sus declaraciones como parte de una interna política (toda otra notable obviedad; el ministro echado pegó un claro volantazo ante el juez federal luego de haber efectuado declaraciones públicas y de haber afirmado en su carta de renuncia acerca de un direccionamiento en la apertura del proceso licitatorio). .
También declaró Antonio Pronsato, ex titular de la Unidad Ejecutora de Enarsa a cargo del proyecto del Gasoducto, quien había renunciado en disconformidad con los retrasos de la obra.
Los días siguientes se realizaron dos audiencias: el martes con expertos de las empresas extractoras de gas, y el miércoles otros cuatro idóneos en transporte de gas, designados por TGS y TGN (Transportadora Gas del Norte y del Sur), el ENARGAS y la Facultad de Ingeniería de la UBA.
Dado que ninguna de las partes ratificó que existieran maniobras de direccionamiento, el juez decidió cerrar la causa (toda una obviedad, en tiempo record y en claro contraste con el resto de las investigaciones que bajo un criterio hiperburocrático tramitan a “fuego lento” en la misma sede judicial).
Pero no debería sorprender, se trata del mismo juez federal que –también a velocidad supersónica- desestimó la recordada denuncia formulada por el fallecido fiscal federal Alberto Nisman (víctima de homicidio) referida al memorando de entendimiento firmado por la Argentina con el República Islámica de Irán (régimen teocrático).
Ello muy a pesar de haber sido declarado inconstitucional por el mismo Poder Judicial de la Nación.
Y sin olvidar que el doctor Daniel Rafecas tuvo una actuación estelar en el recordado caso Ciccone (Vandenbroele- Boudou), cuando salió a la luz que el magistrado instructor, despojándose de un inexcusable deber de neutralidad intercambió mensajes con un abogado amigo de cuyo contenido surgió claramente una tarea de asesoramiento de parte del mismo magistrado a efectos de buscar una posición favorable para el ahora condenado ex vicepresidente Amado Boudou.
¿El Consejo de la Magistratura? ¡ Muy bien gracias!, apenas una corrección disciplinaria (tirón de orejas) para el magistrado federal favorito del Presidente de la Nación doctor Alberto Fernández.
*Guillermo J. Tiscornia
Ex juez en lo Penal Económico