Se filtra el sol a través de las vidrieras de la Sagrada Familia y el espectáculo es memorable. Refulgen los verdes y azulados, resplandecen los rojos y anaranjados, y en el interior de la nave central la luz explota e inunda hasta el último rincón de la basílica. Si uno afina la oreja, incluso se puede escuchar algún suspiro de asombro. Transparencias para iluminar las bóvedas, cerámicas y los dorados reflectantes en lo alto, atenuación en los bajos para invitar al recogimiento… Gaudí. Siempre Gaudí. Nada de todo esto sería posible, sin embargo, sin la maestría y el oficio de Joan Vila-Grau, artesano que en 1992 recibió el encargo de realizar los vitrales que maravillaron al mundo cuando el papa… Ver Más
Fuente ABC