LA HABANA, Cuba. – Varios vecinos de la barriada de Santos Suárez en el municipio Diez de Octubre, cuyas viviendas están ubicadas en la planta baja de un edificio en peligro de derrumbe, denuncian la inoperancia de las autoridades cubanas para resolver la situación y evitar el desplome total del inmueble, en crítico estado constructivo.
Según Paula Fonbellida Betancourt, la situación data del año 2005, fecha en que ocurrió el primer derrumbe parcial del inmueble, en el que no se lamentaron víctimas fatales gracias a la ayuda de un vecino que rescató a la propietaria del apartamento siniestrado.
“Ahí vivía una señora mayor y el vecino de atrás pudo sacarla. Hace un año aproximadamente había una pared que se estaba desprendiendo y nosotros dimos la queja; tuvimos que hacer muchas visitas a la empresa SECONS [Servicio Especializado de la Construcción] porque temíamos que se fuera a caer y dañara mi vivienda”, explica Paula, antes de precisar que la empresa constructora derribó la pared y luego apuntaló una parte del edificio con vigas de madera.
Asimismo, la entrevistada cuenta que, luego de visitar el inmueble y valorar la situación, el arquitecto de la comunidad le comunicó que no existía peligro de derrumbe mientras la estructura del edificio no se partiera por el centro, algo con lo cual no estuvieron de acuerdo los residentes del edificio.
“No pienso que sea tan así; si el edificio se está hundiendo algo pasa porque ya está partido y la placa de arriba se desprendió del apartamento del lado. Por eso temo que ocurra un derrumbe aquí en mi casa”, detalla Paula.
La mujer tuvo que enviar a su nieta, con su bebé, a residir a otro lugar por temor a que suceda “lo peor”.
Desde septiembre de 2021, según un documento emitido por SECONS al que tuvo acceso CubaNet, existe una orden de demolición de la parte superior del edificio. Sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado el trabajo.
“Hemos llamado. Mi esposo ha ido [a varias instituciones estatales] y nadie le ha dado respuesta de esto. Eso está ahí deprimente, con tremendo peligro. Por momentos sentimos cómo caen los pedazos [de concreto]”, apunta.
La cubana también indicó que las autoridades entregaron viviendas a quienes residían en la parte superior del inmueble. No obstante, los apartamentos fueron ocupados ilegalmente.
“Le dieron vivienda a todas las personas que vivían allá arriba, menos a una familia que no quiso irse. Entonces entraron ‘ilegales’ a vivir ahí que ya llevan entre 10 y 12 años. No los pueden tirar para la calle, por lo que ahora también hay que buscar dónde meterlos”, señala.
Paula pidió a las autoridades tomar una medida urgente para preservar la vida de los residentes del edificio, cuya situación, dijo, es conocida por las autoridades municipales y provinciales.
“De esto tiene conocimiento todo el mundo: el Gobierno de Diez de Octubre, el Partido, la Asamblea Provincial del Poder Popular, las direcciones municipales y provinciales de Vivienda… Nosotros lo que pedimos es que alguien actúe antes de que haya un derrumbe y se pierdan vidas humanas”, insiste.
De acuerdo con Reina Tania Fernández Pérez, otra vecina del edificio, las autoridades nunca ofrecieron la opción de salir del lugar a los que residen en la planta baja, como hicieron con los residentes de la parte superior del inmueble.
“A los de abajo no nos dieron ninguna opción, ni materiales para reparar ni nada. Nosotros hemos ido reparando por nuestros propios medios, pero hay partes en las que no podemos hacer nada, porque con casas arriba no podemos arreglar el techo”.
“[Las autoridades competentes] han ido apuntalando, es lo único que han hecho y la última vez que fuimos a Vivienda nos dijeron que ellos no tenían presupuesto para demoler, que no podían hacer nada”, contó Reina Tania.
Según recuerda la entrevistada, los residentes en el edificio acudieron al periódico Granma, al Canal Habana y al periódico Tribuna de La Habana para plantear su situación y ganar visibilidad ante las autoridades correspondientes, lo cual no han logrado hasta ahora.
“Nosotros hemos recorrido todos los lugares posibles a los que hemos podido acceder. Hemos llegado y planteado la situación en todos, pero nada, al final no hay solución. Cuando el problema llega al Gobierno y a la Dirección de Vivienda de Diez de Octubre, ahí se para todo”, lamenta.
“Vivo con el corazón en la garganta, pensando que el techo se va a venir abajo y me va a matar”, termina confesando.
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Fuente Cubanet.org