Por Natasha Niebieskikwiat
El senador Oscar Parrilli maniobra para desplazar al jefe actual de la fuerza e imponer a su segundo, el general Daniel López Blanco. Fue jefe de Granaderos, custodia de la hoy vicepresidenta hasta diciembre de 2015. Respondía al general César Milani.
El senador Oscar Parrilli, ladero de Cristina Kirchner, inició una embestida contra el jefe del Ejército, general Guillermo Olegario Pereda, con el objetivo de destronarlo para ascender al máximo cargo al segundo de la fuerza, general Diego Martín López Blanco.
El contexto muestra un avance de la vicepresidenta no sólo en el Ejecutivo de Alberto Fernández, sino también, significativamente en un momento en que recrudece la crisis política y económica, en las Fuerzas Armadas.
De la mano de esa movida en gestación, además de Parrilli, se encuentra el teniente general retirado César Milani, el múltiple cuestionado ex jefe del Ejército de la ex presidenta y a quién un tribunal oral comenzó juzgar desde la semana pasada por presunto enriquecimiento ilícito, a raíz de que no pudo justificar el dinero usado para comprar una vivienda en el barrio de La Horqueta, en San Isidro.
El general Diego Martín López Blanco, segundo del Ejército, hoy
El vínculo de Parrilli con López Blanco data de cuándo el ahora general llegó a la Casa Rosada como Jefe del Regimiento de Granaderos a Caballo “General San Martín”, cargo en el que estuvo entre 2012 y 2015 por disposición de Milani, entonces hombre fuerte del Ejército con acceso a la inteligencia nacional. Parrilli fue secretario de la Presidencia de Cristina Kirchner y en 2015, jefe de la AFI.
Además de Parrilli, López Blanco trabó buenas relaciones con Carlos Zannini, entonces secretario de Legal y Técnica y hombre de máxima confianza de la ex presidenta. Hoy es Procurador del Tesoro.
Guillermo Pereda es el actual jefe del Ejército.
“López Blanco es un ‘militante’, con apetencias de conducir el Ejército. Esta puja interna viene de hace un tiempo”, expresaron a Clarín fuentes con conocimiento del pulso militar.
Los rumores de esta movida crecieron sobre el fin de semana cuando el ministro de Defensa, Jorge Taiana volvía de Francia y Alemania. Un viaje cuya comunicación se debatió en Defensa y el Estado Mayor Conjunto en el marco del silencio que caracteriza a la gestión Taiana.
Ministro en viaje
Ocurre que el ministro emprendió la semana pasada un viaje de Estado para analizar la compra de submarinos Scorpene a los franceses y visitó también los astilleros Tyssenkrup de Alemania. Taiana sondeo también en bilaterales con sus pares de Francia y Alemania la posibilidad de financiamiento para esas adquisiciones millonarias, en el marco del reequipamiento que precisa la Armada tras la tragedia del ARA San Juan, hundido en noviembre de 2017 con sus 44 tripulantes.
Si bien fuentes castrenses afirman que Taiana quiso poner a López Blanco cuando el ex jefe del Ejército Agustín Cejas fue desplazado, Pereda terminó siendo el sucesor, a fines del año pasado.
El general López Blanco el año pasado en una visita al gobernador ultra cristinista de Santiago del Estero, Gerardo Zamora.
Pero la suerte de Pereda extendería la crisis que callan en Defensa, que también evalúa un relevo en la jefatura de la Armada para fin de año. Ocurre que se sucedieron una serie de errores que lo debilitan ante el avance de Cristina-Parrilli y Milani que Taiana tampoco podría resistir.
Entre los propios, Pereda recibió un tendal de burlas cuando en un acto en Posadas buscó agradar al oficialismo que promueve el lenguaje inclusivo y le habló de “soldadas y soldados”. Las redes sociales lo viralizaron y estallaron de risa.
Pero más grave fue lo sucedido hace unas semanas cuando el subteniente Matías Chirino, cordobés de 22 años falleció tras una fiesta de inicio de su carrera militar en Paso de los Libres, lo que le llaman bautismo, en la que los jóvenes uniformados terminaron ebrios. “Me lo mataron. Le hicieron tomar alcohol y lo obligaron a tirarse a la pileta y se ahogó”, dijo el padre del joven cuya autopsia determinó que murió por broncoaspiración.
En las últimas horas se produjo otro “accidente” en las prácticas del Ejército. Esta vez el cabo Michael Natahel Verón, de sólo 26 años, habría sido arrojado a una piscina en el Regimiento de Infantería de Monte 30, en la ciudad misionera de Apóstoles y se golpeó duramente. Se informó que tiene serias lesiones en su columna vertebral.
Taiana repudió fuertemente los rituales como el que terminó en la muerte de Chirino. El ministro es un cultor de la institucionalidad. Pero teme al poder de Cristina Kirchner desde que se pelearon por una nota de Clarín y que terminó en su salida de la Cancillería, en 2010.
Taiana tampoco podría negarse al reclamo de la dupla Zannini- Parrilli -que también viene involucrándose en asuntos de Política Exterior- que López Blanco ocupe el lugar de Pereda. Es algo no bien visto puertas adentro: que el segundo desplace así al primero es visto como un gesto de alta traición.
Clarín quiso hablar sobre la situación con los voceros del Estado Mayor Conjunto pero no obtuvo respuesta.
Es por eso que esta semana empezaron a circular rumores contra López Blanco por presunta incompatibilidad de funciones, que Clarín no pudo confirmar. Una de ellas fue publicada en el sitio Urgente 24 y señala que el general estaría vinculado en la dirección de una empresa de seguridad privada que cuenta con importantes y reconocidas empresas como clientes.
Otro punto de preocupación también para Taiana y el Instituto Patria ahora, lo publicó La Política Online es la contradicción que podría presentársele en lo discursivo teniendo en cuenta que según ese medio, su suegro, el también militar José Rodolfo Baneta, fue secretario del último presidente de la dictadura, el general Reinaldo Bignone.
Fuente La Nación