El funcionario vivía en la calle Rawson, frente a la unión vecinal de Villa del Salvador y, según informaron las fuentes consultadas, había llegado a su casa sintiéndose mal y con un aparente infarto o una parálisis, por lo cual fue trasladado de inmediato a un centro médico donde habría sufrido un infarto más fuerte que le produjo la muerte.
Allegados a Flores señalaron que era un hombre muy sano, no tomaba alcohol ni fumaba, hacía deportes y en las redes hubo diferentes mensajes de despedida para el oficial fallecido, uno de ellos de un familiar, Raúl Flores, quien expresó: “Hoy con mucho dolor lo despido ahijado querido el señor necesita un custodio y lo elijo a usted lo voy a extrañar mucho Néstor vuele alto el señor lo espera”.
El otro de los decesos se produjo en el barrio Conjunto 1 del departamento de Chimbas, donde Ernesto Burgoa, de 35 años, llegó a su vivienda y, según la información oficial, se habría sentido mal, por lo cual habría pasado directamente al dormitorio y, cuando su pareja fue a verlo, el hombre se había orinado encima.
La mujer salió en busca de ayuda y elementos para asearlo y cambiarle la ropa, pero cuando regresaba habría escuchado un grito, según constancia en la Policía, y, al ingresar al dormitorio, Burgoa habría expulsado espuma por la boca y se lo trasladó hacia el Centro Médico Báez Laspiur, pero llegó sin vida, de acuerdo a lo que confirmaron fuentes del caso.
Según trascendió, el hombre sufría ataques de epilepsia y no habría estado bajo tratamiento, dato que no pudo ser confirmado por la familia y, desde el centro de salud, se le dio intervención a la Justicia y la UFI Delitos Especiales que ordenó el levantamiento del cadáver y su posterior traslado a la Morgue Judicial para que se le realizara la autopsia y así descartar cualquier duda sobre su deceso.
Fuente Ambito