
En Panamá, el hastío por el alza del precio del combustible y casos de corrupción gatillaron las mayores protestas en tres décadas y amenazan con dinamitar la estabilidad.
“El costo de la vida es lo que tiene al pueblo en la calle, el pueblo pide justicia social”, dijo Sergio Gallegos, una de las miles de personas que han protestado en las últimas dos semanas para exigirle al Gobierno que intervenga y contenga los precios de los productos de la canasta básica y los medicamentos.
Las protestas provocaron el cierre de escuelas públicas, suspensión del transporte y llamados a huelgas. La oficina de ONU en Panamá llamó a las partes a “buscar consensos”, mientras la Iglesia Católica se ofreció a mediar en el conflicto.
El descontento en el país que tiene su economía dolarizada crece en un escenario de 4,2% de inflación interanual registrado en mayo y una tasa de desempleo en torno del 10%. Además, el precio del combustible se incrementó un 47% desde inicio de año, valiendo actualmente 5,17 dólares el galón de nafta (3,78 litros).
Castillo y Lasso
En tanto, el presidente de Perú, Pedro Castillo, le pidió el último martes a la secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), Rebeca Grynspan, respaldo para ayudar el sector agrícola y contrarrestar la crisis alimentaria.
Castillo ha sido abandonado formalmente por el partido que lo llevó al Gobierno y, con niveles de popularidad mínimos, corre riesgo de ser destituido por el Congreso.
En Ecuador, un país dolarizado, el Gobierno e indígenas iniciaron el miércoles conversaciones sobre más subsidios a los combustibles y condonación de deudas, dos temas álgidos que motivaron las violentas protestas del mes pasado, que dejaron seis muertos.
El proceso de negociación, que está previsto que dure 90 días y que, de fracasar podría derivar en nuevas protestas, es parte del acuerdo que ambas partes firmaron hace dos semanas para poner fin a 18 días de manifestaciones y en el cual el Ejecutivo accedió a bajar en hasta un 8% el precio de los combustibles. Con la rebaja, el galón de gasoil pasó de 1,90 a 1,75 dólares y el de nafta común, de 2,55 a 2,40.
El movimiento indígena, que entonces reclamaba una reducción de hasta 45 centavos, plantea más subsidios el sector rural.
El Gobierno de Guillermo Lasso ordenó, además de una condonación de deudas de pequeños agricultores, un aumento de la asistencia para las familias de menores recursos y subsidios para insumos agrícolas, que le costarán al Estado más de 700 millones de dólares por año.
Caos en Colombo
En Asia, Sri Lanka trataba ayer de retomar una precaria calma después de un alzamiento popular que terminó con el Gobierno del presidente Gotabaya Rajapaksa, quien huyó a Singapur y presentó ayer su renuncia con un correo electrónico enviado al Parlamento.
Tras meses de protestas, una multitud invadió el sábado el palacio presidencial en Colombo, corolario de una grave crisis provocada por la falta de divisas para las importaciones.
Cuatro de cada cinco habitantes debe saltarse alguna comida debido a la catastrófica situación económica. El país declaró en abril una cesación de pagos de su deuda de 51.000 millones de dólares y está en negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La falta de divisas provocó una escasez de combustible que tiene casi paralizado al país.
El primer ministro, Ranil Wickremesinghe, a quien el presidente nombro jefe de Estado interino en su ausencia, pidió el desalojo de los edificios estatales e instruyó a las fuerzas de seguridad que hagan lo que fuera “necesario para restablecer el orden”.
El toque de queda fue levantado en la madrugada de ayer, pero la policía informó que un soldado y un oficial fueron heridos en enfrentamientos durante la noche fuera del Parlamento.
Continente afectado
En el norte de África, Túnez se enfrenta a una crisis alimentaria debido al bloqueo ruso a los cereales procedentes de Ucrania generado por la invasión rusa y al incremento de los precios internacionales.
Asimismo, El País informó ayer que “la subida de los precios en África, sobre todo de la gasolina y los productos de primera necesidad, a causa de la guerra en Ucrania, con una tasa de inflación superior al 14% en una decena de países y desbocada en muchos de ellos, está generando ya las primeras consecuencias en forma de protestas ciudadanas cada vez más intensas”.
En concreto, el diario español menciona los casos de Ghana, Sierra Leona, Zimbabue y Etiopía. Asimismo, en Sudáfrica y en Senegal, “recientes manifestaciones de corte político protagonizadas por la oposición tienen también un trasfondo económico, de hartazgo ciudadano ante la carestía”.
Fuente Ambito