La Comisión Europea quería apagar el futuro fuego que generaría un corte de suministro de gas completo por parte de Rusia, pero ha acabado provocando un fuerte incendio político por su propuesta de que todos los Estados miembros ahorren un 15% en su consumo de gas para hacer frente a ese posible escenario. Países como España, Grecia, Portugal, Italia, Hungría o Polonia están rechazando, en mayor o menor medida, la idea del Ejecutivo comunitario, que se debatirá la semana que viene en un Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea que promete ser movido.
La propuesta del Ejecutivo comunitario señala que el objetivo del ahorro del 15% no es obligatorio, pero pide poderes para convertirlo en vinculante si la situación empeora y la Comisión Europea lo considera necesario o si así lo piden tres Estados miembros. Pero se trata por ahora solamente de una propuesta, y para que se convierta en norma hace falta que el Consejo, donde se reúnen los representantes de los Gobiernos, y el Parlamento Europeo, aprueben sus propias versiones del texto y se sienten a negociar las tres instituciones para llegar a un documento final.
Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno a cargo de Transición Ecológica, ha sido una de las voces más duras contra la propuesta de Bruselas, incluso utilizando referencias que los países nórdicos usaron respecto a España durante la crisis del euro, algo que ha dado que hablar en Bruselas y Berlín. “Hay que hablar, no imponer”, ha criticado Ribera, cuyo equipo señala que intentó evitar que la propuesta del Ejecutivo comunitario impusiera un ahorro del 15%. Alemania apoya la medida, pero la oposición es bastante amplia.
Desde la Comisión Europea buscan rebajar el tono y mantener la calma ante las críticas lanzadas por los países más duros, centrándose en el procedimiento y defendiendo una propuesta que creen que es necesaria. “Hay interconexiones importantes de gas entre España y Francia. El grado de interconexión es del 30% y eso supone que varios millones de metros cúbicos de gas pueden ser transferidos de España al resto de Europa“, ha recordado Mamer.
Esa es, en realidad, la lógica de fondo del plan del Ejecutivo comunitario. A España no le afecta un corte de suministro total por parte de Rusia, al menos en términos energéticos: llegaría al final del invierno sin agotar sus reservas, igual que Francia y probablemente Portugal, a diferencia del resto de Estados miembros, que todos agotarían sus reservas antes de la primavera. La idea del ahorro no solamente es ganar tiempo a nivel individual, sino que también haya solidaridad entre los Estados miembros en caso de que se agoten las reservas de un determinado país.
Para España es, por su parte, la carta negociadora: el país puede ofrecer su capacidad como centro logístico de recepción de gas natural licuado (GNL) para aumentar sus exportaciones hacia otros países europeos a cambio de que el Ejecutivo comunitario no le obligue a ajustar un 15% su consumo.
N. Alarcón. Bruselas
Mamer ha pedido mantener la calma y permitir que el proceso siga su camino, es decir, que los Estados miembros lo debatan en el Consejo, y también por su parte que lo hagan los eurodiputados en el Parlamento Europeo. “Que haya debate sobre un tema tan importante no es sorprendente, es natural en una unión democrática como la UE”, ha explicado el portavoz del Ejecutivo comunitario.
España busca otros socios con los que aliarse de cara precisamente al proceso de negociación habitual de la Unión Europea. Otros Estados miembros han expresado ya su oposición, y para que finalmente quede aprobado hará falta contar con mayoría cualificada, es decir, que al menos 15 Estados miembros que representen el 65% de la población europea esté a favor. España se concentra, sin embargo, en lograr unos números creíbles que le acerquen a la minoría de bloqueo, es decir, al menos cuatro Estados miembros que representen el 35% de la población, una fórmula que obliga necesariamente a que España y Portugal sumen a otro país grande de su entorno, como Francia o Italia, y además a otro como Polonia.
Nacho Alarcón. Bruselas
Scholz pide solidaridad
El canciller alemán, Olaf Scholz, calificó este viernes de “correcta” la propuesta de la Comisión Europea, afirmó que “muchos estados miembros” están ya actuando en esa dirección y pidió solidaridad europea en este asunto. “La solidaridad europea debe regir para todos”, añadió el líder alemán.
Pese a que el plan contempla una reducción del 15% en el consumo para el conjunto de los Estados, Scholz afirmó que la Comisión defiende propuestas “diferenciadas”. Preguntado por la posición de rechazo expresado por Ribera, no ha entrado en el cuerpo a cuerpo: “Todos estamos confrontados a grandes retos, ningún país puede decir que las subidas de precios no les tocan y que no le afectan los retos relacionados con gas”, insistió el canciller.
La propuesta elaborada por la CE, que está pendiente de la aprobación de los Veintisiete por una mayoría simple, tiene “propuestas diferenciadas, que tiene en cuenta el consumo, las estructuras de importación”, por lo que es, a juicio de Scholz, equilibrada, además de contemplar situaciones como la de la península ibérica. “Veo las discusiones con optimismo y estoy convencido de que primará la solidaridad comunitaria”, afirmó, para añadir que el problema generado por los suministros de gas ruso es algo “global” y “no de un solo país”.
La Comisión Europea quería apagar el futuro fuego que generaría un corte de suministro de gas completo por parte de Rusia, pero ha acabado provocando un fuerte incendio político por su propuesta de que todos los Estados miembros ahorren un 15% en su consumo de gas para hacer frente a ese posible escenario. Países como España, Grecia, Portugal, Italia, Hungría o Polonia están rechazando, en mayor o menor medida, la idea del Ejecutivo comunitario, que se debatirá la semana que viene en un Consejo de Ministros de Energía de la Unión Europea que promete ser movido.
Fuente El Confidencial