LA HABANA, Cuba. – El nuevo mercado cambiario para la compraventa de divisas a la población, incluido el dólar, y la inversión extranjera en entidades mixtas con empresas estatales y Mipymes fueron las dos reversiones de sexagenarias prohibiciones más sorprendentes de los varios anuncios realizados por el viceprimer ministro de Economía y Planificación de Cuba en la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, este 21 de julio. ¿Acaso es que ya el Gobierno puede disponer de los activos de GAESA?
Ambos asuntos recomendados por especialistas, eran rechazados al parecer por los albaceas e ideólogos del socialismo planificador excluyente. Si no hay liquidez para comprar alimentos, combustible, insumos para las industrias y la agricultura, ¿de dónde salen las divisas ahora?
En 2019, cuando se implantó la Moneda Libremente Convertible (MLC), Alejandro Gil argumentó que esta sustituiría al CUC y que el Gobierno no podía cambiar las divisas porque no tenía fondos para eso. Inicialmente, solo se aceptaban dólares, pero a partir del 21 de junio del pasado año, el Banco Central de Cuba anunció que las bóvedas estaban llenas de dólares, pues no podrían hacer transacciones en esa moneda, debido a las medidas del gobierno de Estados Unidos, por tanto solo se aceptarían euro y otras divisas.
En la Asamblea Nacional de mayo pasado, el titular expresó que se establecería con gradualidad un esquema cambiario selectivo para la venta de divisas a proveedores nacionales estatales y no estatales, en esferas clave como la agricultura. También resaltó que eran medidas “audaces” e “innovadoras”. El inicio de su aplicación no se anunció, pero ahora Gil dijo que ya se estaba haciendo. Es dudoso que las producciones se comercialicen en pesos devaluados y no en las tiendas en MLC o mediante ventas en divisas a otros productores.
Pasados solo dos meses, ahora llegó la decisión de incluir a la población. La tasa de cambio oficial será muy superior a los actuales 24 pesos por dólar e inferior al mercado informal que oscila en torno a los 100-120 pesos. La recaudación de la divisa traída por los turistas extranjeros y los cubanos residentes en el exterior, que realizan cambios con los privados, así como las remesas, son los incentivos primordiales para apresurar las medidas.
Por otra parte, la creación de empresas mixtas con capital extranjero en entidades estatales y las llamadas “nuevas formas económicas” parecen intentos desesperados. El Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera ha realizado ferias, exposiciones, viajes al extranjero y promoción de la Zona Económica de Desarrollo de Mariel, pero esos esfuerzos fueron ahuyentados por los dilatados procesos burocráticos, el control del personal, la falta de confianza en Cuba, el reducido mercado y las amables ventajas de América Latina y el Caribe, principalmente.
Ahora mismo no se sabe de dónde provendrán los inversores. El Gobierno cubano ha estado en negociaciones para adquirir petróleo, recibir donaciones y atraer negocios con empresarios de Argelia, Irán, Turquía, Japón, Argentina, México, Bolivia, Colombia, Arabia Saudita, Qatar y la Comisión Económica Euroasiática. No obstante, la situación económica internacional no propicia aventuras, a no ser que se ofrezcan condiciones muy ventajosas a largo plazo, como las obtenidas por la cadena turística Blue Diamond o la empresa Sherritt, también canadiense.
Los resultados de las medidas, que se tomaron con prisa, son otras temidas incógnitas, teniendo en cuenta los desastres de la Tarea Ordenamiento.
ARTÍCULO DE OPINIÓN
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Fuente Cubanet.org