Durante cuatro horas y media Alberto Fernández y Cristina Kirchner analizaron las posibles medidas económicas que deberían tomar para superar un nuevo momento crítico del Gobierno. Incluso evalúan una reforma amplia para fortalecer al gabinete. Con el diálogo recompuesto quedaron en que deberían tomar decisiones entre lunes y martes, en medio del viaje de la ministra de Economía Silvina Batakis a Washington.
Varios son los dilemas en danza. Por eso no les alcanzó el fin de semana para tomar decisiones, a pesar de que el encuentro fue calificado como “muy bueno”. Primero no coinciden en todo el diagnóstico. Tampoco en todas las soluciones.
“Al gabinete le falta volumen político“, insiste la Vicepresidenta ante distintos interlocutores. El Presidente se defiende y señala que gran parte de su equipo procede de las filas kirchneristas.
“Al gabinete le falta volumen político”, insiste la Vicepresidenta.
LOS QUE “NO FUNCIONAN”
Aunque la Vice nunca aplaudió el anuncio, dejó hacer a Daniel Scioli en Producción tras la salida de Matías Kulfas, uno de los tres funcionarios contra el que apuntó en forma permanente. El ex candidato presidencial arrancó con alto perfil pero pasó a boxes y le avisó a Alberto Fernández que se ausentaría por unos días. El miércoles 13 de julio tuvo que someterse a una intervención de urgencia en la clínica Otamendi y luego viajó para la revisión anual de su muñón que le generaba profundo dolor.
Sin embargo, como advirtió molesto en aquel momento Sergio Massa, no fue suficiente con un cambio de nombre, como tampoco con el reemplazo de Martín Guzmán por Silvina Batakis ni antes el ingreso de Agustín Rossi a Inteligencia.
El presidente de la Cámara de Diputados y Cristina Fernández coinciden en que debe haber un cambio integral en todo el gobierno. Piden que el bisturí llegue hasta el Banco Central.
El Presidente habló de esos cambios no sólo con la Vicepresidenta. Algunos de sus interlocutores le señalaron dos funcionarios que debería cambiar. El primero de ellos es Claudio Moroni que en Trabajo sólo cuenta con el apoyo presidencial y de una parte del sindicalismo.
El segundo que generó malestar fue Julián Domínguez, de Agroindustria, quien varias veces tradujo el enojo del Presidente con el campo para calmar ánimos pero esta semana guardó silencio. En Olivos hubo reproches para él y muy especialmente para el secretario de Agricultura Matías Lestani.
“Acusar al productor de especular por esta cuestión es desconocer la dinámica del campo”, desdijo el secretario al propio Presidente que reclamó que se liquiden granos para que ingresen dólares al país. En la intimidad presidencial hubo quien sugirió un gesto de autoridad y que despida a Lestani.
La ministra Batakis también generó caras largas en el equipo. Fue muy dura en su análisis frente al gabinete y advirtió que no les daría más fondos. “Arréglense con lo que tienen”, dijo sin eufemismos. Según se cuenta el más incómodo fue Jorge Ferraresi de Habitat y Vivienda que no quiere dejar de construir. “Para eso vine”, recordó sobre su pase de Avellaneda al gabinete. El viernes el Presidente se ocupó de prometer(le) en público que mantendrá toda la obra pública.
LOS QUE “FUNCIONAN”
Del pelotón de ministros hay cuatro que gozan del coincidente beneplácito de Alberto y Cristina. Juan Zabaleta en Desarrollo Social; Gabriel Katopodis en Obras Públicas; Daniel Filmus en Ciencia y Tecnología y Matías Lammens en Turismo.
Hubo incluso elogios públicos de CFK para algunos de ellos y hasta sorprendió que Lammens pasara de la lista de “los que no funcionan” a ser reivindicado por la gestión del Previaje, aunque con alguna condición extra. “Hay que acordar precios y si no quieren no darles el beneficio”, subrayó ella en su último discurso en El Calafate.
El caso de Filmus es emblemático. La semana pasada fue destacada su convocatoria al Museo del Bicentenario. En el lanzamiento de la inversión en Ciencia para varias provincias juntó 16 gobernadores, casi todo el gabinete y diputados y diputadas de distintos sectores, incluso funcionarios que responden a La Cámpora. “Eso es volumen político”, se oyó con cierta saña respecto a otros actos o reuniones con menos dirigentes en las primeras filas.
Allí estuvo incluso Omar Perotti, de Santa Fe, que no tardó ni 24 horas en despegarse del Presidente al señalar que en su provincia los productores no especulan con la liquidación de sus semillas y el precio del dólar. “Es uno de ellos”, lo criticó un legislador que no perdona la gacetilla nacional con tono opositor que mando su equipo de comunicación.
En ese mismo acto la figura destacada, además de Filmus, fue Axel Kicillof. Fue el único gobernador que habló y fue muy cálido su agradecimiento. Alguien le preguntó si junto a Augusto Costa están ayudando al Presidente y el bonaerense respondió que no lo habían llamado. “Alberto, tenés que llamarlo, Cristina consulta todo con él”, se oyó cerca del jefe de Estado entre quienes agradecieron otros gestos del ex ministro de Economía que viene conversando con Batakis y pidiendo paciencia para ella.
MÁS POLÍTICA
En ese contexto, la Vicepresidenta parece sumar argumentos a su reclamo para que el Presidente aplique muñeca política. Un nombre que circula para jefatura de gabinete es el de Jorge Capitanich. El gobernador de Chaco ya tuvo varias reuniones con Fernández y mantiene un fuerte vínculo con Cristina. Además ya oficia de articulador con los gobernadores, incluidos los de la oposición.
Hacia adentro Capitanich pidió unidad y respaldar las medidas de Batakis. Fue el primer gobernador que le expresó su apoyo en forma contundente. Y a sus pares de Juntos por el Cambio les propuso informalmente sumarse a la Liga de Gobernadores con una agenda de consenso. Hasta mencionó la posibilidad de dar de baja el proyecto de reforma de la Corte Suprema de Justicia.
El problema para el Presidente es qué lugar darle a Juan Manzur si suma Capitanich al gabinete. Se siente en deuda con el gobernador que para acompañarlo tomó licencia y dejó Tucumán en manos de un adversario interno como Osvaldo Jaldo. En las últimas semanas se pegó a Batakis y parece apadrinarla en medio de la furia del dólar y los mercados.
Las movidas que debe hacer el Presidente se asemejan a esos juegos de ingenio en que hay varias piezas que deben encajar y un solo lugar libre que permite las movidas. Si no quiere pelearse con nadie es más difícil todavía.
FACTOR MASSA
Además los dos Fernández, Alberto y Cristina, están convencidos de que ese reacomodamiento general debe incluir a Sergio Massa porque aportaría volumen político, visibilidad y contactos como su agenda en Estados Unidos.
En el esquema que se discute a Massa le ofrecerían Economía, cargo que no lo convence. La segunda opción sería volver a la vieja propuesta de La Cámpora y darle un superministerio que dejaría off side a Domínguez y el recién llegado Scioli.
Las movidas que debe hacer el Presidente se asemejan a esos juegos de ingenio en que hay varias piezas que deben encajar y un solo lugar libre.
El desánimo es generalizado, admiten, a pesar de algunos índices positivos como la suba del empleo, el incremento de la obra pública y exportaciones y la ocupación hotelera en vacaciones con restaurantes llenos. Para convertir ese desánimo en esperanza hace falta mucho más que lo que el Gobierno y sus pocos voceros están haciendo. Pero ya no tienen tiempo, ni plan B. Y acordaron definir esta semana cómo seguirá el Gobierno y si habrá relanzamiento.
Fuente El Cronista