
“Compré un metro cuadrado de vinilo, lo subí a Facebook y funcionó. Era un furor, todo el mundo me traía para plotear tapas de celulares”, recuerda sobre esa primera etapa. Luego llegó el pedido para personalizar una moto; y luego otra; y después un auto. Así fue sumando clientes hasta que la casa de su abuelo le quedó chica.
Se trasladó al local de la esquina, donde su abuelo tenía un almacén. Un año y medio después el boca a boca lo convirtió en furor. “Todo el mundo decía ‘lleváselo a Kaskote’”, cuenta.
Pero eso no era todo. “Después un muchacho me ofreció un local, que me parecía muy grande, pero insistió y me dejó quedarme tres meses gratis de alquiler. Ahí me empecé a topar con otra gente, otro público, otro tipo de vehículos”, dice Kaskote, quien además trabajó para estrellas de la música como Nicky Jam y Anuel AA, entre otros. Fue hace 4 años, cuando fue una temporada a trabajar a Miami, lo que le dio aún más difusión cuando regresó a la Argentina.
La historia del galpón con autos nuevos abandonados durante 30 años
Kaskote ya había sido noticia a mediados de 2020 pero un episodio que suena insólito. En Avellaneda, en un galpón, aparecieron decenas de autos 0 km abandonados durante 30 años que pertenecían a una ya entonces desaparecida concesionaria. El joven llegó allí porque buscaba comprar un Fiat Uno y terminó comprando todo lo que había en el lugar.
“El heredero de semejante tesoro no estaba interesado en los autos, sólo reclamó sus propiedades. Lo único que dijo al abrir el galpón y ver todos los autos allí dentro es que había que sacar toda esa mugre”, relató en ese entonces Kaskote. Esa “mugre” eran vehículos nuevos de los años 90 que llevaban 30 años olvidados dentro de una especie de cápsula del tiempo. Casi todos los vehículos encontrados eran de tres marcas (Fiat, Alfa Romeo y Peugeot), porque el concesionario, de nombre ‘Ganza’, pertenecía a la red comercial de Sevel Argentina.
Había varias unidades de Fiat Uno 70 S, Fiat Tipo, Duna, Ducato y hasta un Fiat Tempra, la variante sedán del Tipo que fue presentada en 1990, por lo que seguramente era una de las primeras unidades de ese modelo en Argentina. También había varias unidades de Alfa Romeo 33 Pininfarina, Alfa Romeo 133 y Peugeot 405.
La concesionaria había caído en desgracia luego de que la familia propietaria sufriera la trágica muerte en un asalto de uno de los hijos del dueño, quien además falleció poco tiempo después. Luego la empresa se fue a pique. El heredero de todas la propiedades solo quería liquidar los bienes, por lo que se desprendió de la insólita colección que terminó en el taller de Kaskote.
De emprendedor a empresario
Kaskote siempre confió en su empuje para alcanzar sus metas, y por eso su mensaje es alentar a otros a hacer lo mismo. “Pasaron los años y puedo decir que lo logré. Pude comprarme mi casa, mi propia casa quinta que la estoy haciendo, tengo mi moto, mi auto, tengo una familia hermosa”, cuenta.
Incluso en la parte más dura de la pandemia, cuando por el aislamiento tuvo que cerrar el taller, no se quedó de brazos cruzados. Sin oportunidad de trabajar con los vehículos, salió a vender barbijos y alcohol en gel.
“Lo que me gusta mostrar es que nunca hay que bajar los brazos y que si se quiere se puede. Emprendedor como yo, nadie. Te lo puedo asegurar”, afirma. Y sentencia: “Nada cae del cielo, el trabajo no te va a venir a golpear a la puerta, las oportunidades hay que ir a buscarlas”.
Fuente Ambito