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IsraelEl sector turístico español vive días de bonanza. Tras dejar atrás la prolongada huella del coronavirus, la industria ha logrado finalmente disfrutar de una temporada estival al estilo de las que eran frecuentes antes de la pandemia. De hecho, varias provincias han superado ya los niveles registrados en 2019, el último verano antes del ‘shock’ pandémico.
Sin embargo, en el sector se rumia desde hace meses la preocupación por el impacto que la crisis económica global pueda tener en su actividad una vez pasado el verano. Unos miedos que no carecen de base: un reciente estudio presentado por Unidema Research, y firmado por los profesores Miguel Puga y Eduardo Blasco, pronostica un nuevo freno de la actividad turística en 2023 que impedirá que la aportación del sector al PIB supere las cifras de 2019 hasta, al menos, 2024.
Según resaltan los autores del informe, la actual crisis geopolítica supondrá un lastre considerable para la economía alemana, uno de los principales caladeros de turistas hacia España y conllevará una sensible reducción de los mismos.
“Las previsiones pasan por asumir un descenso significativo de los países emisores europeos (del 18,35% de Alemania y del 1.32% de Francia) y una reducción drástica de los visitantes procedentes de Rusia”, apuntan.
Aunque también señalan que, en contraposición, crecerá el número de visitantes procedentes de países externos a la zona euro, como estadounidenses o británicos, una tendencia favorecida por el fortalecimiento de sus respectivas divisas frente al euro. Asimismo, pronostican que se mantendrá la tendencia al alza en el gasto de los viajeros nacionales.
De todo ello, extraen la conclusión de que el PIB del sector se situará en 2023 un 6,09% por debajo del nivel de 2019. “Es importante destacar que estos datos se hacen en términos nominales (no reales, es decir, sin descontar la inflación; lo que en términos reales incrementa dicha caída y, por tanto, su recuperación)”, apuntan.
La llegada de turistas alemanes podría reducirse más de un 18% en 2023
Además de las secuelas de la invasión rusa de Ucrania, los autores del estudio detectan otros tres factores que pueden contribuir a un freno en la actividad turística: la conflictividad laboral, la escasez de personal y el incremento de precios.
En relación con este último factor, los profesores Puga y Blasco recalcan que el precio de los servicios turísticos se situó en mayo un 6,6% por encima de los del mismo mes del año anterior, la mayor subida interanual en casi 30 años.
“Es posible que este factor no tenga un impacto considerable durante el verano, ya que la afluencia del turismo extranjero no tiene por qué verse condicionada por este factor, pero sí puede suponer un problema si este sector tiene que depender del turismo nacional. Esto se explica porque en países como Alemania, Francia, Reino Unido o Países Bajos los salarios no han sufrido un retroceso en los últimos años como sí lo ha sufrido la economía española”, advierten.
El sector turístico español vive días de bonanza. Tras dejar atrás la prolongada huella del coronavirus, la industria ha logrado finalmente disfrutar de una temporada estival al estilo de las que eran frecuentes antes de la pandemia. De hecho, varias provincias han superado ya los niveles registrados en 2019, el último verano antes del ‘shock’ pandémico.
Fuente El Confidencial
