
Al respecto, indicó que algunos factores que entran en juego, proporcionando una protección intrínseca (sin exposición) frente al Covid-19, son las células T preexistentes por la exposición a la piel y al microbioma intestinal
Se tienen en cuenta las infecciones previas, las vacunas, los refuerzos, la combinación de infecciones y refuerzos (inmunidad híbrida) y la disminución de la inmunidad de las vacunas o las infecciones a lo largo del tiempo.
Pero hay otros factores que entran en juego proporcionando una protección intrínseca (sin exposición), células T preexistentes por la exposición a la piel y al microbioma intestinal y, en algunas personas, la inmunidad preexistente creada por la exposición al coronavirus del resfriado común, entre otros.
El estudio se planteó por qué el impacto de las subvariantes fue tan diferente entre Nueva Zelanda, Australia frente a Sudáfrica, EE.UU. y muchos otros países.
Al respecto, se indicó que “hubo una marcada diferencia en en Australia y Nueva Zelanda, a consecuencia de su política de cero Covid, que sirvió para proteger frente a las hospitalizaciones, las muertes y el Covid Prolongado”.
“Esos países tuvieron una excelente aceptación de la vacuna, pero fueron vulnerables a la BA.1 y, a pesar de ese gran brote, posteriormente al sublinaje BA.5. Evidentemente, las tasas de vacunación y refuerzo de estos países no explican las diferencias, ya que Sudáfrica fue claramente inferior a Australia y Nueva Zelanda, y Estados Unidos se encuentra en medio”, parangonó.
Fuente Ambito