Bajo el pretexto de que “el camino es la transparencia”, Elisa Carrió se despachó ayer contra varios integrantes de Juntos por el Cambio, pero en su enumeración alcanzó a políticos de otros partidos, empresarios y hasta supuestas amantes. La líder de la Coalición Cívica consideró que “hay una sociedad con el massismo en Juntos por el Cambio”. Fue luego de señalar que la designación de Sergio Massa como ministro de Economía había “salvado” a la coalición opositora, que según su visión se dividía entre los que aspiraban a formar un “panrepublicanismo”, entre los que se ubicó, y quienes buscaban una construcción junto al “neo PJ con Massa”. Así y todo, eligió disparar. “Estaba como atragantada de no poder decir algunas cosas en el nombre de la unidad”, dijo después.
Una defensa ridícula del kirchnerismo
Rogelio Frigerio
El exministro del Interior y actual diputado nacional por Entre Ríos, Rogelio Frigerio, fue uno de los que más dardos de Carrió recibió. La líder de la Coalición Cívica recordó que AySA, hoy presidida por la esposa de Sergio Massa, Malena Galmarini, estaba a cargo de Frigerio durante la administración macrista. “Antes la caja de AySA era de Frigerio. Es cuando me puso un amante en una lista y yo les dije ‘señores, yo me bajo de a lista de la Capital si no me sacan a la amante de Frigerio’, que estaba como testaferro de Frigerio en AySA”, disparó Carrió y agregó: “Yo les dije o la sacan a la chica o yo me retiro de la campaña”.
Además, dijo que la campaña de Frigerio como candidato a gobernador de Entre Ríos “es escandalosa”. Sin una mención explícita, aludió al financiamiento del exfuncionario de Macri. “Guarda, porque la gente puede terminar votando lo mismo con buenas caras”, dijo.
En 2017, cuando ocupó un lugar en la lista de diputados de Cambiemos, Picetti tenía un puesto en AySA, que depende del Ministerio del Interior, que estaba a cargo de Rogelio Frigerio (Twitter @Joannapicetti/)
Joanna Picetti
La testaferro a la que apuntó Carrió sería Joanna Picetti. Ocupó el octavo lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales del oficialismo en la Ciudad, en 2017, pero no llegó a asumir. En ese entonces, había trascendido que fue la propia Carrió la que pidió que la apartaran de la lista luego de que trascendieron denuncias del exmarido de Picetti, que la acusaba de haber maltratado a sus hijos. Fue finalmente la Justicia Electoral la que falló en su contra e inhabilitó que asumiera como diputada pese a la insistencia de la candidata. Picetti, en el 2017, era funcionaria de AySA y su desembarco en el Ejecutivo y en la lista para las legislativas se dio a través de allegados a Frigerio. ”Adoro a Rogelio”, afirmó en el reportaje radial.
En el 2019, Picetti volvió a ser noticia cuando interrumpió en el discurso de apertura de sesiones de Mauricio Macri. “Perdón, me dicen que usted no es diputada. ¿Podría retirarse del salón”, le pidió la exvicepresidenta Gabriela Michetti mientras Picetti acusaba, a los gritos, al entonces presidente de haber vetado su ingreso al Congreso. Su irrupción le valió luego una denuncia ante la Justicia Federal en donde la consideraban penalmente responsable de violar los artículos 239 y 241 del Código Penal, delitos tipificados como atentado y resistencia a la autoridad.
Joanna Picetti junto con Elisa Carrió (Twitter @Joannapicetti/)
Manzano, Vila, Filiberti, Lingeri, Brito y “Coti” Nosiglia
“En un año van a salir riquísimos [José Luis] Manzano, [Daniel] Vila, Mauricio Filiberti [dueños Edenor] y Massa por AySA. AySA es una caja. Y es de Massa. Antes fue del [exministro del Interior, Rogelio] Frigerio. Antes, la casta de AySA era de Frigerio”, dijo Carrió, para señalar a algunos de los empresarios más cercanos al ministro de Economía. Sumó a la lista de “intereses” que rodean a AySA al sindicalista José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), al que asoció a Filiberti, proveedor de la empresa estatal.
El combo se completó con el fallecido titular del Banco Macro Jorge Horacio Brito, al que un día antes había vinculado con el diputado radical, y aspirante a la presidencia, Facundo Manes. “Cuando fui a una fiesta de la Fundación Ineco, de Facundo Manes, entre los patrocinadores estaban el gobierno nacional, el Banco Macro. Todos los negocios de Salta, Corrientes, Misiones, Chaco son con Macro. Es un escándalo”, dijo Carrió, entrevistada por Joaquín Morales Solá.
Las referencias a Manzano, icónico exministro menemista devenido en empresario con intereses en medios y energía, no se terminaron ahí. Carrió lo vinculó con Enrique “Coti” Nosiglia, histórico operador del partido centenario. Un nombre que suele agitar cada vez que busca tomar distancia del senador radical Martín Lousteau, otro asiduo receptor de las críticas de Carrió.
Emilio Monzó
“Yo sé que en la Cámara [de Diputados, [Emilio] Monzó tenía negocios con Massa, porque lo veía”, afirmó Carrió y sumó a lista de apuntados al diputado nacional que se alió al radical Facundo Manes para volver al Congreso. Monzó, uno de los articuladores de las alianzas nacionales que llevaron a Macri a la Presidencia, se refugió luego de 2019 cerca de Horacio Rodríguez Larreta, para desembarcar este año en las filas de Patricia Bullrich. Se mantiene como un “articulador” de la coalición opositora.
“En un momento iba a ser presidenta de la Comisión Bicameral del Ministerio Público, que era un sostén y una seguridad para los fiscales, pero quien me veta fue el massismo. Luego, Monzó me dijo: ‘Hubieras hablado conmigo’. ‘Claro, porque vos sos el socio del massismo’, le dije”, relató la dirigente.
Alejandro “Topo” Rodríguez, Emilio Monzó, Florencio Randazzo y Rogelio Frigerio en el inicio del debate del proyecto de modificación del Código Electoral Nacional para implementación de la Boleta Única (Hernán Zenteno/)
Anteayer, Carrió volvió a vincular a Monzó con negocios de Massa: ¿De qué vive, Monzó? ¿Cómo hizo para tener una casa en Martindale [Country Club] y un piso en Montevideo si ya no es diputado y no cobra honorarios?”, lanzó en diálogo con TN, pese a que Monzó integra la Cámara baja.
Los fiscales Julio Novo y Claudio Scapolán
Carrió recurrió también a una vieja inquina con el massismo, que en el pasado se extendió incluso a otros intendentes de Juntos por el Cambio. “Hay sociedad con el massismo en Juntos por el Cambio. Hubo un sistema de impunidad garantizado sobre San Isidro, con los fiscales [Julio] Novo y [Claudio] Scapolan (acusados por vínculos con el narcotráfico). Es más, Malena Galmarini era la que iba a la Cámara, la que negocia”, disparó, sin dar mayores precisiones.
El suspendido fiscal Claudio Scapolan
Fue la dirigente política la que pidió el apartamiento del fiscal Scapolan, que tuvo lugar en mayo de este año, cinco meses después de que la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado lo procesara como jefe de una asociación ilícita que, entre otros delitos, habría robado media tonelada de cocaína. Por su parte, Novo, a quien Carrió también consideró “íntimo de Massa”, renunció en 2017, procesado por “encubrimiento agravado” en el marco de una causa en la que se le atribuye haber entorpecido la investigación de una serie de asesinatos ligados al narcotráfico.
El suspendido fiscal general de San Isidro, Julio Novo, que renunció en 2017
Cristian Ritondo
“Este fue un acuerdo de Massa con el gobierno de Juntos por el Cambio”, siguió Carrió y agregó a la lista de apuntados a Cristian Ritondo y Gustavo Ferrari, a quien consideró “muy massista”. Ambos son muy cercanos a María Eugenia Vidal. Ritondo, que hoy apuesta a posicionarse como uno de los candidatos para la gobernación bonaerense de la coalición opositora, fue ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires durante el gobierno de Vidal. En 2019, tras el cambio de administración, consiguió una banca en la Cámara de Diputados, en donde hoy preside el bloque de Pro.
Durante las últimas horas, Carrió sugirió que Ritondo “encubrió” a fiscales que ella identifica con Massa y con supuestos casos de narcotráfico. “¿Saben el dolor y la impotencia que a mí me causa ver el doble discurso? Yo vi garantizar la impunidad de muchísima gente de la Justicia metida en el narcotráfico en la provincia de Buenos Aires”, afirmó.
Macri, Vidal, Ritondo y Garro en los timbreos
Gustavo Ferrari
Carrió consideró “muy massista” al exministro de Justicia bonaerense Gustavo Ferrari, que antes de desembarcar en Pro fue mano derecha de Francisco de Narváez y diputado nacional. Cuando finalizó su gestión, el abogado acordó con Rodríguez Larreta trabajar como asesor externo, sin ocupar un cargo formal en la ciudad de Buenos Aires y se convirtió en uno de sus interlocutores en temas judiciales.
Gustavo Ferrari
Fuente La Nacion