Ello ocurre porque “hay muchos pacientes que toman esta marca en particular de clonazepam desde hace muchos años, y es muy difícil convencerlas para que cambien la marca, a pesar de que son iguales y hasta más económicas”.
Desde los comercios se advierte que las droguerías con las que se trabajan, directamente carecen del producto.
El Observatorio Argentino de Drogas advirtió que las situaciones de estrés o ansiedad ligadas a la sobre tarea cotidiana, y a la incertidumbre por la prolongación del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), dispararon el inicio o reinicio del consumo de psicofármacos.
“La pandemia de Covid-19 tuvo otra detrás bautizada por psiquiatras, neurocientíficos y epidemiólogos como la ‘pandemia mental’, que disparó los números del consumo de psicofármacos”, señaló un informe de la Confederación Farmacéutica Argentina.
El uso habitual del psicofármaco es peligroso
Según este documento, el consumo de psicofármacos, entre los cuales se encuentra el Rivotril, aumentó un 4,14% en 2021. Además, el clonazepam está dentro de los 100 productos más dispensados del mercado, con algo más de 10,9 millones de unidades anuales.
Entre el 7% y el 11% de los argentinos consume algún ansiolítico de este tipo, una cifra “bastante alta” que preocupa a los expertos.
“Esta familia de ansiolíticos es la que tiene la tasa de adicción más alta, y sin embargo, es la que menos llama la atención. Como son muy eficaces, se lo consume por cualquier cosa. Pero puede generar accidentes domésticos, de tránsito y otros, porque a nivel cerebral funciona igual que el alcohol”, se advirtió.
En este sentido, se advirtió que se trata de una medicación que no debe ser tomada crónicamente, y que hay un uso de clonazepam por fuera del circuito legal, en farmacias que lo venden sin receta.
Fuente Ambito