
Cruciani, de 68 años, fue encontrado sin vida en una celda de la prisión de Rikers Island, ubicada en el estado neoyorkino, donde estaba recluido desde el 29 de julio de este año, cuando fue concluida su libertad bajo fianza de un millón de dólares al ser sentenciado por un jurado.
El Departamento de Bomberos recibió un llamado a las 5.50 de la mañana en el que se advertía de un recluso en estado de inconsciencia. Cuando llegaron al lugar, los paramédicos intentaron reanimarlo pero no lo lograron y fue declarado muerto, según informaron.
El deceso de Cruciani fue comunicado por el diario New York Daily News y posteriormente confirmada por el abogado, Frederick Sosinsky, quien no brindó precisiones sobre las causas del fallecimiento, pero pidió investigar las circunstancias.
“Los abogados y la familia de Ricardo están conmocionados y entristecidos más allá de lo creíble por haberse enterado de su muerte violenta mientras estaba bajo custodia de la ciudad esta mañana”, expresó.
Al mismo tiempo, el letrado pidió “una investigación inmediata y objetiva” sobre las circunstancias de la muerte de su defendido. Además, solicitó indagar si los funcionarios de la cárcel cumplieron con una orden judicial que los exhortaba a poner a Cruciani bajo custodia protectora y bajo vigilancia suicida.
“Hasta donde sabemos, ninguna de estas condiciones se cumplió nunca”, dijo Sosinsky, y agregó que si se hubieran cumplido “no estaríamos teniendo esta terrible discusión”.
Condena por abusos
El neurólogo fue acusado y condenado en un juicio en el que testificaron varias de sus víctimas, quienes dieron cuenta de los reiterados abusos sexuales, violaciones y comportamiento depredador sufridos. A los ataques sexuales realizados por Cruciani contra las seis pacientes también se le suma la prescripción de altas dosis de opioides para el dolor que les provocaron adicciones posteriores.
Los abusos ocurrieron mientras Cruciani realizaba sus tareas en el prestigioso centro médico Mount Sinai. Las víctimas habían acudido al médico argentino debido a su reputación en el ámbito de la neurología.
Cruciani, quien en todo momento negó las acusaciones, también enfrentaba cargos a nivel federal por abuso de pacientes mientras trabajaba para prestigiosos hospitales de Nueva York, Pensilvania y Nueva Jersey.
Fuente Ambito