El mendocino Ernesto Sanz dialogó en Modo Fontevecchia y aseguró que “mi partido tiene una gran capacidad de resiliencia y de recuperación”. Por otro lado, exclamó que “el radicalismo fue siempre un partido en el que se buscó ampliar derechos y construcciones colectiva” y, por último, aseveró que “Interpretar a Lilita Carrió debe ser una de las tareas más difíciles de la política argentina”.
¿Está en su provincia natal?
Así es, en mi San Rafael, Mendoza.
¿Estas declaraciones de Lilita Carrió tienen algo que ver con la necesidad de que los representantes de coalición cívica se queden sin cargo y que el año que viene quede en la mitad cuando se construya o no tiene nada que ver?
No lo sé. Interpretar a Lilita Carrió debe ser una de las tareas más difíciles de la política argentina. Esto pone en evidencia las carencias que tiene Juntos por el Cambio y que aún debe resolver, pero sobre todo trabajar fuertemente. Desde el comienzo tuvo mucho de estas que se vieron reflejadas en los cuatro años de Mauricio Macri.
Nunca fue una coalición política de gobierno, solamente gobernó el PRO y fue parlamentaria, ahí es donde mejor se encuentra en cuanto a resultados. Tampoco fue una coalición política con mayúsculas. Sería el estadio superior porque necesita reglas de juego, organización funcionamiento.
En algunas cosas se avanzó mucho. Hoy veo a la coalición mejor plantada que hace cuatro años atrás. Por ejemplo, hoy tiene organicidad, tiene una mesa nacional, provinciales, un reglamento. Esas son condiciones previas, pero no esenciales para que exista una coalición política. El debate interno, la confianza, la sinceridad, honestidad intelectual en el debate, eso todavía después de lo que pasó esta semana, está faltando. Se prefiere muchas veces discutir en público cosas que hay discutir en privado.
¿Ve realmente que se pueda cumplir el sueño de usted y que en 2023 haya un candidato a presidente en Juntos por el Cambio del radicalismo?
A partir del 2015, el radicalismo volvió a tomar poder en una liga en la que había perdido terreno. Hoy a nivel provincial y nacional tomó un gran lugar.
La Argentina necesita una coalición opositora que llegue al Gobierno y no cometa los mismos errores que en los cuatro años de Macri. Tener a un candidato a presidente, que es una aspiración legítima del radicalismo, me parece que marca un camino virtuoso del desde el 2015 hasta acá.
O sea, usted fue el resucitador de la Unión Cívica Radical.
No me ponga en ese lugar, jaja.
Lo que usted dice es verdad. El final de Alfonsín y De la Rúa pasó de no tener mucha relevancia a convertirse, no solamente en un partido competitivo, a nivel presidencial, sino también en gobernadores e intendentes sin ser un furgón de cola dentro de la coalición. ¿Qué ocurrió para que pasara eso?
Creo que el desequilibrio original de Cambiemos no tiene que ver con cesiones de mi parte o imposiciones del PRO, tiene que ver con una realidad que era inmutable. El PRO llegó al gobierno en la coalición con el presidente de la Nación, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y el jefe de Gobierno porteño.
Nunca nadie desde la reforma de las Constitución en el ’94, que fue la que la dio autonomía a la ciudad, pero jamás en democracia se pudo tener esos tres resortes de poder en la Argentina. Eso es poder real, todo lo demás es literatura.
Mi partido tiene una gran capacidad de resiliencia y de recuperación. ¿Por qué? Porque está extendido en todo la Argentina. Con un poco de aliento, esperanza y apoyo mirando la luz al final de camino se iba a recuperar. También ocurrió que la derrota del 2019 equilibró también las cargas naturalmente porque el PRO dejó de ser aquel que ganó todo en 2015.
Cuenteme, ¿cree que hay que hacer una alianza más amplia e inclusive incorporar a personas del peronismo dentro de Juntos por el Cambio? ¿Cuál es la posición de algunos libertarios y no necesariamente de Javier Milei, por ejemplo, en el caso de Buenos Aires con Espert?
Hay que tener mucho cuidado con esto, El radicalismo fue siempre un partido en el que se buscó ampliar derechos y construcciones colectivas. Hoy hay que tener muchísimo cuidado por dos razones: primero por orden interno, porque lo que pasó la semana pasada advierte que para poder salir a conformar algo más amplio primero hay que hacer los deberes en casas. Hay que cohesionarse, solidificarse adentro.
Lo que pasó la semana pasada indica que todavía hay mucho trabajo por hacer adentro. Uno no puede ofrecerle a alguien de afuera que venga a un espacio sólido cuando ocurre lo que pasó en el debate público de la semana anterior.
La segunda razón es que no sé si todos los de afuera tienen las mismas intenciones. Hasta yo tengo algunas discusiones internas con mi propio partido y con algunos amigos míos. Por ejemplo, se habla de Juan Schiaretti y no sé si tiene la misma intención de generar algo amplio, sincero, sólido y hacia adelante para gobernar a la Argentina. Es muy hábil en hacer cordobesismo, así que ojo y no hay que comerse la curva, hay que ir despacio.
Si usted apura y me pregunta cuál es el tiempo si existe una segunda vuelta, entre la primera y la segunda vuelta porque usted llegó con las fuerzas propias, consolidó un espacio que es la columna vertebral de la oposición, pero luego frente a la eventualidad de una segunda vuelta y ante el desafío de tener que gobernar ahí si tiene que pensar en ampliar con nuevos jugadores porque la Argentina que viene es una que requiere de mucha fortaleza y eso no solo lo tiene el que gane.
Fuente Mendoza Today