
El comercio minorista estaría más restringido, pero también abrió la puerta a algunas empresas públicas/privadas en ese espacio.
Las reformas permitirían a entidades de propiedad extranjera invertir en operaciones logísticas de almacenamiento y “back-end” que abastezcan a empresas estatales y privadas, por ejemplo, apoyando el esfuerzo del país por mejorar la eficiencia en un sector minorista notoriamente improductivo.
González dijo también que Cuba permitiría “selectivamente” que algunos inversionistas extranjeros ingresen al mercado minorista, siempre que la inversión contribuya a los objetivos socialistas del país y recortara los precios.
La ministra de Comercio Interior, Betsy Díaz Velázquez, dijo en el mismo programa de entrevistas que el estado mantendrá su dominio en el comercio minorista, pero permitiría algunas empresas conjuntas públicas y privadas.
“Vamos a priorizar y ofrecer estas propuestas de negocios a compañías que se han mantenido en el país”, dijo.
Las medidas se producen cuando Cuba lucha por redefinir su economía estatal, tras dos años de problemas inducidos por la pandemia y las sanciones generalizadas de Estados Unidos que han obstaculizado la recuperación.
El creciente descontento de los cubanos por las largas filas para obtener productos básicos, la escasez de combustible y los apagones continuos han llevado a funcionarios del Partido Comunista a acelerar los planes largamente postergados para reformar la economía estatal de estilo soviético.
Fuente Ambito