
Su reclusión ocurrió días después de que denunció el cierre por parte de las autoridades de cinco emisoras católicas y demandó al gobierno respeto a la libertad religiosa.
La policía anunció que la Diócesis del obispo es investigada por intentar “organizar grupos violentos” e incitar al “odio” para “desestabilizar al Estado de Nicaragua”.
“Nosotros estamos en las manos de Dios”, expresó el prelado este jueves en una misa transmitida por Facebook desde el interior de la curia que está rodeada por la policía.
“El señor está entre nosotros, el Dios que en cada eucaristía vence la oscuridad, la iniquidad, en cada eucaristía hace temblar los infiernos que los refunde en el mar de su propia maldad, ahí donde no pueden hacernos daño”, aseguró Álvarez.
Años de roces entre Daniel Ortega y la Iglesia
La retención del obispo ocurre en medio de los roces que la Iglesia Católica tiene con el gobierno de Daniel Ortega, un exguerrillero de 76 años que se mantiene en el poder desde el 2007, amparado en tres reelecciones sucesivas.
La última ocurrió en noviembre del 2021, con sus opositores presos o exiliados y en medio de cuestionamientos internacionales.
El presidente acusa a los obispos de “golpistas” por apoyar las protestas opositoras que pidieron su dimisión en 2018. La iglesia luego fue facilitadora para la liberación de opositores presos.
Las relaciones han ido en deterioro. Este año hubo cierre de medios católicos, entre ellos el canal de la Conferencia Episcopal, y la reciente detención del sacerdote Oscar Benavidez, sin que se conozcan razones.
También se ilegalizó a la Asociación Misioneras de la Caridad, de la orden de la madre Teresa de Calcuta, que abandonó Nicaragua en julio.
En marzo ya había sido expulsado al nuncio apostólico, Waldemar Sommertag, quien participó en las negociaciones entre gobierno y oposición en 2018 y en 2019.
Fuente Ambito