
“No todo el mundo tiene cien mil dólares, o un millón, para invertir. Así que pensé en la idea de crear una especie de fondo mutualizado en la ‘blockchain’” explicó.
La empresa se inició el año pasado y por el momento propone pintores del arte no conformista soviético, como Oleg Tselkov y Shimon Okshteyn.
Schneider compró los cuadros de esos artistas y se da un plazo máximo de 10 años para revenderlos en el mercado. La idea es que los cuadros ganarán valor con el tiempo, y por ello, cuando sean vendidos, cada propietario de NFT recogerá su ganancia correspondiente.
Pero ¿qué sucede cuando la obra de arte pierde valor, o es destruida? “Estamos asegurados”, indica Schneider. Y en cuanto a una devaluación, “espero que nunca suceda”, dice.
La exbanquera desmiente que su objetivo sea puramente especulativo. Asegura que su proyecto está totalmente respaldado por la “Blockchain Act” que aprobó Liechtenstein en 2019.