
El primer mandatario de izquierda de Colombia, que se rebeló en armas en los setenta contra el Estado antes de firmar la paz en 1990, avisó a las tropas que deben cambiar la concepción de guerra ante su decisión de dialogar con el ELN, la última guerrilla reconocida, y plantear acuerdos con los demás grupos para que cesen la violencia a cambio de beneficios penales.
“Se trata de cambiar la concepción misma, lo que se le demanda por parte del pueblo colombiano, es un ejército que empiece a prepararse para la paz, que termine, ojalá si lo logramos, como un ejército de paz”, declaró Petro en presencia de la nueva cúpula de las Fuerzas Armadas, que nombró el 12 de agosto. Con la designación de los nuevos mandos, Petro precipitó de manera inédita el retiro de una treintena de generales del Ejército y la Policía.
El gobernante enfatizó que su mayor “reto” es levantar los “pilares fundamentales de una paz que se vuelva definitiva”, tras lo que llamó una “violencia permanente” y “una guerra perpetua”.
Petro recibió el reconocimiento como comandante en jefe de 228.000 militares y 172.000 policías que sumados componen las fuerzas armadas más numerosas del continente después de las de Brasil.
El presidente colombiano señaló que el futuro “ejército de paz” deberá ocuparse de la “función esencial de defender la soberanía nacional”, ante amenazas como el crimen organizado en torno al narcotráfico.
Fuente Ambito