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Tras un cuarto intermedio, en fiscal Patricio Ferrari pidió la inmediata detención de Beatriz Michelini, la masajista de María Marta García Belsunce, la socióloga asesinada en el country Carmel el 27 de octubre de 2002. El representante del Ministerio Público la acusó de falso testimonio en su declaración como testigo en el juicio donde se juzga a Nicolás Pachelo, el exvecino de la víctima acusado de ser el autor del crimen.
“Vino a mentir para beneficiar a Pachelo”, sostuvo Ferrari. Y agregó que se trató de un ”delito fragrante en audiencia”.
Tras una rápida deliberación con sus colegas Osvaldo Rossi y Esteban Andrejin, el juez Federico Ecke, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 4 de San Isidro, a cargo del debate, explicó que la resolución al pedido del Ministerio Público Fiscal será con el veredicto del juicio porque “ahora sería venturoso y prematuro responder al respecto”.
El abogado Eduardo Ludueña y los hijos de Beatriz Michelini (Hernán Zenteno/)
“Nos llamó la atención que [el pedido de los fiscales] se hiciera con la testigo declarando. Siguiendo el precedente con la causa Conzi, [por el empresario condenado a prisión perpetua por asesinar a Marcos Schenone] donde mis colegas detuvieron un testigo, Casación [por el Tribunal de Casación Penal bonarense] vio muy mal eso. Ahora sería venturoso y prematuro responder al respecto”, explicó el juez Ecke.
Al fundamentar el pedido de detención, Ferrari enumeró las mentiras que, para el Ministerio Público Fiscal, dijo Michelini en su declaración testimonial.
“Dijo no recordar que [Roberto] Ribas haya estado en el juicio donde fue juzgada por el delito de encubrimiento. Pero estuvo como su defensor en todas las audiencias”, afirmó Ferrari. Ribas es el histórico letrado que defiende a Pachelo.
El representante del Ministerio Público también resaltó que en el comienzo de su declaración testimonial de hoy había sostenido que el día de la muerte de García Belsunce no había notado asustado a Carlos Carrascosa, el marido de la víctima, pero en su primer testimonio ante el fiscal Diego Molina Pico, en noviembre de 2002, dijo lo contrario.
Ferrari también recordó que hoy la testigo dijo que, el día de la muerte de García Belsunce, en el baño había una “manchita” de sangre del inodoro hacia el lado del vanitory, mientras todos demás testigos afirmaron que la sangre estaba entre el inodoro y el bidet.
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Fuente La Nacion
