El progreso hacia un pacto nuclear con Irán ha llevado el foco hacia un enorme depósito de crudo que es propiedad de Teherán, y que podría ser rápidamente suministrado a compradores en el caso de que se materializase un acuerdo.
Alrededor de 93 millones de barriles de petróleo iraní y condensado están actualmente almacenados en embarcaciones en el Golfo Pérsico, fuera de Singapur y en las proximidades de China, de acuerdo con la firma de datos y analíticas Kpler. Otra compañía, Vortexa, estima que la cantidad se sitúa entre los 60 y los 70 millones de barriles. Adicionalmente, hay volúmenes menores guardados en tanques en tierra firme, de acuerdo con Bloomberg.
“Irán ha construido una flotilla cuantiosa de cargos de crudo, que podrían regar el mercado pronto”, asegura John Driscoll, estratega jefe de JTD Energy Services. Añade que, a pesar de esto, podría llevar “algo de tiempo” poner en orden las cuestiones de entregas y los seguros, entre otras.
La posible readmisión de Irán de manera completa en el mercado global del petróleo, con la potencial supresión de las sanciones por parte de Estados Unidos, llega en un momento complicado para los comerciantes de este combustible. Los inversores hacen malabares con la muy potencial reducción de suministros de Rusia a la Unión Europea a partir de diciembre, lo que sería parte del retroceso de la Unión con respecto al conflicto en Ucrania. Además, las ventas que la administración Biden ha realizado desde su Reserva Estratégica de Petróleo se terminarán en octubre.
¿Qué implicaría para el mercado?
La potencial vuelta del petróleo iraní ha elevado los futuros del combustible en las últimas semanas, compensando los signos de constricción en el mercado. El foco en los diplomáticos implica el resurgimiento de un acuerdo multinacional en el que se limitaba el programa nuclear iraní, a cambio del levantamiento de las sanciones en sus productos, lo cual incluye los flujos de crudo.
El acuerdo original dejó de surtir efecto cuando la administración Trump sacó a Estados Unidos del pacto. La semana pasada, el país norteamericano envió su respuesta a la última propuesta, elevando la especulación sobre la eventual llegada de un nuevo acuerdo. A pesar de ello, Teherán dijo el domingo que las conversaciones continuarán hasta septiembre, según Bloomberg.
El potencial suministro iraní que se encuentra actualmente en el mar sería comparable al suministro global actual de este año 2022, que consta de alrededor de 100 millones de barriles de petróleo cada día, según las estimaciones de la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Estados Unidos, por su parte, liberó 180 millones de barriles de su reserva en un período de seis meses.
En los años 2017 y 2018, Europa consumió una media de 748.000 barriles por día (528.000 de crudo de Irán), mientras que para Asia la cifra fue de 1.200.000 (y cerca de un millón del combustible iraní), según los datos ofrecidos por Kpler.
Discroll argumenta que: “Es natural que Irán busque suministrar con su crudo primero a Europa, para llenar el hueco que ha quedado tras las sanciones occidentales contra Rusia por la guerra”. El mismo analista prosigue: “Pero a un más largo plazo, el país del Golfo Pérsico buscará colocar sus barriles en Asia“.
El progreso hacia un pacto nuclear con Irán ha llevado el foco hacia un enorme depósito de crudo que es propiedad de Teherán, y que podría ser rápidamente suministrado a compradores en el caso de que se materializase un acuerdo.
Fuente El Confidencial