El director general del OIEA, el argentino Rafael Grossi, encabeza la misión, formada por una decena de personas. “Llegó el día, la misión del OIEA está de camino a Zaporiyia. Debemos proteger la seguridad de Ucrania y de la mayor central de Europa“, tuiteó, avanzando que el equipo llegará “esta semana”.
“Esta misión será la más dura de la historia del OIEA debido a las actividades de combate que Rusia lleva a cabo en el terreno”, estimó el lunes el ministro ucraniano de Relaciones Exteriores, Dmitro Kuleba, desde Estocolmo.
Rusia, por su parte, pidió “presionar” a las fuerzas ucranianas para reducir la tensión en torno a la central y “dejar de poner en peligro al continente europeo bombardeando” las instalaciones y sus alrededores, en palabras del vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, quien calificó de “necesaria” la misión del organismo de la ONU.
Los países del G7, “profundamente preocupados”, pidieron garantías de acceso “con toda libertad” del personal del OIEA a las instalaciones. “Cualquier intento de Rusia de desconectar la central de la red eléctrica ucraniana sería inaceptable”, advirtió el grupo.
Peligro de catástrofe nuclear en Europa
El operador de las centrales de Ucrania, Energoatom, indicó que la central de Zaporiyia “funciona con el riesgo de violar las reglas de seguridad en materia de radiaciones e incendios” y agregó que “10 habitantes resultaron heridos” en los bombardeos en las últimas 24 horas, entre ellos cuatro trabajadores de la planta.
Energoatom también señaló que las fuerzas rusas “se preparan para la llegada de la misión del OIEA, presionando al personal de la central para impedir que recojan pruebas de los crímenes del ocupante en la central”.
La central de Zaporiyia, donde se encuentran seis de los 15 reactores ucranianos, cayó en manos de Rusia en marzo, poco después del inicio de la invasión el 24 de febrero.
Kiev y Moscú se acusan de bombardear las zonas aledañas del recinto, cerca del río Dniéper, y de poner en peligro las instalaciones.
El Ayuntamiento de Zaporiyia dijo que había distribuido desde el 23 de agosto comprimidos de yodo a los habitantes en un radio de 50 km alrededor de la central, conforme a las instrucciones del Ministerio de Salud, aunque indicó que las pastillas sólo debían usarse en caso de alerta de radiaciones.
Fuente Ambito