La inflación ha dado una tregua, en gran parte, inesperada. El índice de precios al consumo (IPC) ha bajado cuatro décimas gracias a los carburantes y se ha situado en el 10,4% en agosto, una cifra bastante por debajo de lo que preveían los bancos de inversión, que esperaban que se situara en el 10,7%, aunque es su tercer mes consecutivo por encima del 10%. El dato, preliminar a la espera del definitivo, también muestra cómo la inflación subyacente (sin tener en cuenta los alimentos no elaborados y los productos energéticos) ha aumentado tres décimas y se ha situado en el 6,4%, su nivel más alto desde enero de 1993.
La subida de la inflación subyacente es relevante, puesto que significa que el repunte de los precios se está filtrando en el tejido económico, al excluir los precios de los alimentos, que afectan directamente al consumo de los hogares. De hecho, esta es una de las principales referencias en las que se fijan el Banco Central Europeo (BCE) y el resto de instituciones monetarias a la hora de llevar a cabo subidas en los tipos de interés.
Nacho Alarcón. Bruselas
Esta relajación es debida, principalmente, a la bajada de los precios de carburantes, que subieron en agosto de 2021, y, en menor medida, al descenso de los combustibles líquidos, mayor que el registrado el año anterior. En sentido contrario, destaca el aumento de los precios de la electricidad, en máximos desde la entrada en vigor de la ‘excepción ibérica’, junto al de la alimentación, restauración y paquetes turísticos.
Los precios de consumo registran en agosto una subida de una décima respecto al mes de julio, según el indicador adelantado del IPC, bastante por debajo de las tres décimas pronosticadas por los expertos. Al tratarse de una subida menor a la de agosto de 2021 (de cinco décimas), el efecto base hace que se modere al 10,4% ya citado. No obstante, habrá que estar atentos a si se confirman los datos preliminares el próximo 13 de septiembre.
En el mes de agosto, la tasa de variación anual estimada del índice de precios de consumo armonizado (IPCA) se sitúa en el 10,3%, cuatro décimas inferior a la registrada el mes anterior; mientras que la variación mensual estimada es del 0,1%. Esta referencia es la que permite la distinta comparativa de la evolución de precios frente al resto de países europeos.
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El dato de inflación sigue, por tanto, un mes más por encima del 10%, pero por debajo de los picos de inflación que se registraron en los meses de marzo, cuando Rusia inició la guerra en Ucrania, y de junio, cuando Vladímir Putin redujo el suministro de gas natural a Europa. Así, la desaceleración de los precios coincide también con la puesta en marcha de distintos paquetes de medidas por parte del Gobierno, que han hecho que en el caso de la energía el precio del gas cueste un 50% más que en nuestro país y obligue a la Unión Europea a una intervención.
Calviño prevé más caídas
La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y para la Transformación Digital, Nadia Calviño, ha asegurado este martes que el recorte de la inflación refleja que este indicador “ha empezado a moderarse” y ha vaticinado que seguirá “en esa senda de descensos” en los próximos meses.
Calviño, en declaraciones a TVE, ha señalado que todo dependerá de factores exógenos, como la guerra y el funcionamiento de las cadenas de suministro. Por eso, ha dicho, es importante que la política económica del Gobierno siga siendo “coherente y responsable para abordar de la mejor manera esta situación tan incierta”.
La portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, también ha arrojado cierto optimismo al afirmar que la moderación del IPC en agosto es una “buena noticia”, que “pone en evidencia la eficacia de las medidas” adoptadas por el Ejecutivo para “doblegar la curva de la inflación”, entre las que ha citado el descuento de los carburantes o el recorte fiscal aplicado en el recibo de la luz.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros y pese a este “dato positivo”, Rodríguez ha apelado, no obstante, a la “prudencia y la cautela” debido a la situación actual de incertidumbre. En todo caso, ha querido lanzar un mensaje de “tranquilidad” a la ciudadanía, garantizando que el Gobierno hará “todos los esfuerzos que hagan falta” para proteger a la clase media y trabajadora, a la industria y a los autónomos y para evitar que esta crisis la paguen “los de siempre”.
La inflación ha dado una tregua, en gran parte, inesperada. El índice de precios al consumo (IPC) ha bajado cuatro décimas gracias a los carburantes y se ha situado en el 10,4% en agosto, una cifra bastante por debajo de lo que preveían los bancos de inversión, que esperaban que se situara en el 10,7%, aunque es su tercer mes consecutivo por encima del 10%. El dato, preliminar a la espera del definitivo, también muestra cómo la inflación subyacente (sin tener en cuenta los alimentos no elaborados y los productos energéticos) ha aumentado tres décimas y se ha situado en el 6,4%, su nivel más alto desde enero de 1993.
Fuente El Confidencial