El joven pianista prodigio de Israel, Yoav Levanon, asombra al mundo. Desde los cinco años ganó innumerables premios de música clásica y actuó en escenarios como el Carnegie Hall.
Cuando Yoav tenía tres años ya sentía mucha curiosidad por el piano vertical de su madre. Lo tocó y de inmediato se enamoró.
Así fue como empezó a tocar más y más. Y el 6 de mayo pasado, Levanon, ahora con 18 años, lanzó su álbum debut “Monument to Beethoven” con Warner Music,.
El joven ya ganó innumerables premios. Es que lleva una larga y frondosa carrera que comenzó a los cinco años. Desde entonces actuó en algunos de los escenarios más prestigiosos del mundo, incluido el Carnegie Hall de Nueva York, el Festival de Verbier en Suiza y el Teatro San Carlo en Italia.
Después de su actuación con la Orquesta de Cámara Franz Liszt, un crítico musical escribió que Levanon “no es un niño prodigio sino un artista de ocho años de alto calibre”.
A los 13 años, actuó con la Orquesta Filarmónica de Israel. Y en 2021 apareció en una película con Daniel Barenboim.
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Levanon es enérgico, divertido, modesto y lleno de pasión por la música. En diálogo con ISRAEL21c en Español, el joven contó que sus padres aprecian la música pero que nadie en su familia es músico profesional. Y recordó haber “presionado algunas cosas” en el piano.
Su madre, que toca el piano como pasatiempo, le mostró “un poco de qué hacer”. Él “pensó que era genial” y comenzó a estudiar piano. Dos años más tarde, fue a su primera competencia y ganó.
“Nunca me pongo nervioso en las competencias porque creo que tengo que ganar. Estas siempre han sido para mí una forma de actuar para la gente. Me encanta tocar y divertirme con el público. Lo que interpreto debe tener un significado para mí porque el público y yo somos uno”, reveló.
“Interpreto lo que quería el compositor”
Levanon tuvo varios maestros a lo largo de los años y explicó que aprendió algo valioso de cada uno porque “ellos ven música diferente de distintas maneras”.
“No hay una sola forma de tocar. Yo interpreto a compositores que no están vivos. El arte es infinito”, remarcó.
Levanon dijo que tuvo la oportunidad de reunirse con muchos pianistas increíbles y que todos ellos lo han inspirado. Cuando comienza a aprender una pieza musical, incorpora la teoría musical para comprender la estructura y la historia de la pieza.
“Trato de entender lo que quería el compositor para poder interpretarlo y hacerlo mío”, describió.
El músico tiene lo que parece ser una habilidad sin esfuerzo para memorizar música. En el escenario no hay partituras que pueda seguir; todo está en su cabeza.
“Siempre me pregunto cómo sería memorizar un discurso largo. Bueno, una pieza musical cuenta una historia. Hay que entender que si la obra va por un camino, entonces no irá por aquel otro. Es como cuando uno ve una película y entiende. Como en una sonata, una vez sucede algo y luego se sabes que sucederá de otra manera. Me resulta muy natural leer música y luego memorizarla”, explicó.
El concertista de piano estadounidense Murray Perahia le dijo a Levanon que antes de una actuación se aprendes mucho y luego, tan pronto como se está en el escenario, el músico se olvida de lo aprendido y simplemente toca la pieza.
Sin miedo escénico
Levanon vive en Hod Hasharon -cerca de Tel Aviv- y tiene dos hermanos mayores y una hermana menor. Dice que ama su ciudad natal porque está “cerca de los campos de fresas”.
Hasta el séptimo grado asistió a una escuela regular. Para entonces, ya viajaba a las competencias y el director de la escuela sugirió que sería mejor que fuera educado en casa.
Ahora solo tiene que completar un examen de matriculación más en matemáticas y luego recibirá su diploma de escuela secundaria.
En su casa practica en tres pianos porque cuando va a actuar tiene que tocar en uno que nunca antes tocó.
“Me encanta el desafío de un piano nuevo. Es interesante. En realidad es muy agradable. La sala es diferente y la acústica es distinta, y sé que ese piano traerá algo diferente para mí”, expresó.
¿Y qué ocurre con el miedo escénico? “Nunca tengo. ¡Solo quiero tocar más!”, dijo. Y admitió que tiene el privilegio de elegir lo que le gustaría tocar.
Para celebrar el lanzamiento de su álbum debut, el joven ofrecerá algunos recitales y transmisiones.
El álbum contiene composiciones de Chopin, Liszt, y Mendelssohn, que ayudaron a construir el famoso monumento a Beethoven en Bonn, Alemania, en 1845, para celebrar el 75 aniversario del nacimiento del compositor.
Como pizza y helado
Levanon se negó a nombrar a sus compositores favoritos: “Cada uno me da algo diferente. ¡Es como pizza y helado!”, dijo entre risas. Y reconoció que el gusto varía dependiendo del estado de ánimo.
Además, el músico reveló que le encanta tocar con una orquesta porque hay algo “tan guau” en eso. “Técnicamente hablando, soy el solista, pero fusionamos ideas y obtengo mucha inspiración de los otros músicos”, indicó.
Por otra parte, Levanon afirmó que le gustaría intentar dirigir y componer su propia música en el futuro pero que en este momento está concentrado en tocar el piano. Por eso trata de levantarse temprano en la mañana para “hacer mucho antes de que comience el día”.
¿Qué relación tiene con la música pop?
“Me encanta tener la mente abierta sobre la música, pero la clásica sigue siendo mi gran amor porque tiene mucha profundidad. Me encantan el jazz y el beatbox”.
¿Beatbox? “Sí. Pídanme una melodía y haré algo con ella”, desafió.
La cronista de ISRAEL21c en Español le nombró las primeras cuatro notas de la Quinta Sinfonía de Beethoven y Levanon despegó con un riff de beatbox, haciéndolo tan perfecto que incluso el propio Beethoven habría aplaudido.
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Fuente Vis a Vis