La Unión Europea está a punto de alcanzar su meta de almacenamiento de gas natural dos meses antes de lo previsto, mientras el bloque comunitario refuerza sus posiciones para el invierno, con unos suministros desde Rusia todavía más limitados y unos precios energéticos aun mayores.
El pasado sábado 27 de agosto las reservas de la UE alcanzaron el 79,4%, cuando el objetivo para el 1 de noviembre rea del 80%, de acuerdo con los datos del inventario de Gas Infraestructure Europe. La Unión apoyó estas reglas de almacenamiento anteriormente este año, después de que en el pasado invierno los niveles de gas fuesen menores a lo usual en dicha estación del año. Particularmente, estas anomalías se dieron en localizaciones de Alemania controladas por la gasística rusa Gazprom, algo que engordó las subidas de precios de la energía.
El almacenamiento de esta materia prima ayuda a absorber los ‘shocks’ en el suministro, y ofrece entre el 25% y el 30% del combustible que se consume en invierno. Por tanto, con unas mayores reservas, los países europeos están mejor posicionados para afrontar futuros cortes de suministro de Moscú. Esto es importante si se tiene en cuenta que este miércoles comienzan de nuevo las labores de mantenimiento de la tubería Nord Stream, que en principio durarán tres días y que han sido tildadas de “sospechosas” por líderes europeos.
Una oportunidad para Europa
Tras la sequía que afectó a buena parte del viejo continente a lo largo de este verano, las temperaturas ya han comenzado a disminuir a lo largo de Europa Oriental, y también lo harán en algunas zonas de la Península Ibérica la próxima semana, lo que ayudará al continente la próxima semana a conservar más gas, al necesitarse menos energía para refrescar los hogares y establecimientos.
En la jornada del lunes los precios del gas natural europeo registraron su mayor caída desde el mes de marzo, después de que Alemania comunicase que sus almacenes se estaban llenando un ritmo mayor de lo previsto. Esto implicó un pequeño alivio para una enorme crecida en los costes energéticos, y con unos futuros que se intercambian a seis veces el valor que poseían hace un año.
La Unión Europea ha expresado públicamente su intención de cortar su dependencia de Rusia al completo, país que ha aportado la mayoría de suministros energético para el conjunto del continente en los últimos años. El plan es sustituir la dependencia con Moscú a través de las energías renovables, alcanzando una mayor eficiencia y acudiendo a otros socios en la región del Mediterráneo, de África, en Oriente Medio, así como a Estados Unidos.
La Comisión Europea expresó anteriormente su conformidad con esta idea de adelantar y aumentar las reservas de gas. Esto implica mayor seguridad tanto para las temporadas de frío como para las de calor. A esto se le sumaría también el plan de intervención en el mercado eléctrico europeo, que fue anunciado el lunes por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. Esto buscaría tomar decisiones de emergencia en el corto plazo, para capar el precio máximo de la energía, e incluso para separar la conexión existente entre el coste del gas y el de la electricidad.
La Unión Europea está a punto de alcanzar su meta de almacenamiento de gas natural dos meses antes de lo previsto, mientras el bloque comunitario refuerza sus posiciones para el invierno, con unos suministros desde Rusia todavía más limitados y unos precios energéticos aun mayores.
Fuente El Confidencial