“Vladimir Putin expresa sus profundas condolencias por la muerte de Mijaíl Gorbachov, él enviará un telegrama de pésame a la familia y a los allegados del exdirigente”, dijo Dmitri Peskov según la agencia de noticias TASS.
Vitoreado en Occidente como el hombre que ayudó a derribar el Muro de Berlín y poner fin a la Guerra Fría sin derramamiento de sangre, Mijaíl Gorbachov era muy despreciado en su país en el que se le consideraba el sepulturero de la Unión Soviética comunista.
El expresidente soviético, que falleció el martes a los 91 años, se propuso revitalizar el esclerótico sistema comunista mediante reformas democráticas y económicas, pero su intención nunca fue abolirlo.
Sin embargo, desencadenó fuerzas que escaparon a su control y se encontró ocupando un espacio cada vez más reducido en medio de los incondicionales del poder centralizado y los separatistas decididos a desmantelarlo.
En agosto de 1991, sobrevivió a un golpe de Estado de los partidarios de la línea dura que se desmoronó en tres días, pero su autoridad se vio fatalmente socavada. Cuatro meses más tarde, su gran rival, el presidente ruso Boris Yeltsin, organizó la desintegración de la Unión Soviética y Gorbachov se quedó sin trabajo.
“En este sentido, creo que Gorbachov es una figura trágica, similar en muchos aspectos al Rey Lear de Shakespeare”, dijo Valery Solovei, cercano al círculo íntimo de Gorbachov en la década de 1980 y aliado tras su caída. “Se trata de un hombre que gobernó una superpotencia, pero al final de su reinado, el Estado había desaparecido”.
Tras décadas de tensión y enfrentamientos durante la Guerra Fría, Gorbachov llegó a acuerdos sobre armas nucleares con Estados Unidos y acercó la Unión Soviética a Occidente como nunca desde antes de la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, vio cómo ese legado se destruía en los últimos meses de su larga vida, cuando la invasión de Ucrania por parte del presidente Vladimir Putin hizo que las sanciones occidentales cayeran sobre Moscú, y los políticos, tanto de Rusia como de Occidente, comenzaron a hablar abiertamente de una nueva Guerra Fría y del riesgo de una Tercera Guerra Mundial.
Fuente Ambito